Europa empieza a prepararse para la llegada de un gran número de vehículos electrificados y varios países ya empiezan a moverse para atraer empresas que produzcan baterías en sus territorios y así ser más competitivos y, a la vez, menos dependientes de los fabricantes asiáticos, los grandes dominadores de la industria de baterías. No obstante, varias de las empresas que están construyendo plantas para su fabricación en Europa son las mismas empresas asiáticas, que se acercan a compañías como BMW o el Grupo Volkswagen, que iniciarán una ofensiva eléctrica en breve.
Mientras que Alemania o Hungría tendrán fábricas de batería, el Reino Unido parece estar por detrás de algunas de las potencias continentales y necesitaría moverse rápido para atraer a alguna empresa que decida construir una 'gigafactory' y así situarse a la cabeza en la competición por las inversiones en energías limpias antes del Brexit.
La agencia Bloomberg apunta que el Reino Unido podría explotar su situación de cuarto mayor fabricante de automóviles de Europa, su liderazgo en la competición con sus equipos de Fórmula 1, Aston Martin y McLaren, de Fórmula E, con Jaguar, y próximamente en el DTM, con Aston Martin, y sus prestigiosas universidades para atraer un fabricante que quiera establecerse en el país. La llegada de una 'gigafactory' a Inglaterra podría darle a su mercado una ventaja sobre sus rivales europeos y asiáticos.
El concepto de 'gigafactory'
Una 'gigafactory' es una planta de producción de baterías con una capacidad de producción mínima de 1 GWh anual para abastecer las demandas de 20.000 coches eléctricos. El año pasado, el Gobierno británico invirtió 250 millones de libras en un programa para capitalizar las fortalezas del país en el desarrollo de tecnologías de baterías con el objetivo de reforzar su economía y la competitividad de su industria, sobre todo la automotriz, ante el Brexit y el reemplazo de sus centrales de carbón y nucleares.
El Reino Unido, ya fuera de la Unión Europea, se encontrará con una férrea competencia procedente de Europa y de China, el mercado más grande para vehículos eléctricos y el país donde se refina el 60% de todo el cobalto del mundo, un material esencial para el desarrollo de baterías para coches. Su falta de una fábrica de baterías y la voluntad de las firmas locales de construir plantas fuera del reino para paliar los efectos del Brexit son amenazas para su competitividad. Actualmente ya hay un proyecto en marcha, de más de 90 millones de euros, para crear un centro de industrialización de baterías que debería estar operativo en dos años y medio y permitirá a los fabricantes fabricarlas a escala.
Según analistas de Bloomberg NEF (BNEF), el gran problema de Europa han sido las baterías baratas de China. En el tercer trimestre de este año, en el Gigante Asiático las ventas de vehículos de combustión cayeron en favor de los eléctricos, que siguieron aumentando sus registros. No obstante, recuerdan desde BNEF, la industria eléctrica crece sin parar y se necesitará próximamente una industria de baterías localizada en Europa para satisfacer la demanda que se producirá. El CEO de Faraday Institution, Neil Morris, advierte que si el Reino Unido no atrae a productores de baterías "habrá entonces una posibilidad razonable de que los fabricantes se vayan a otra parte porque la producción de baterías y el ensamblaje de coches estarán muy cerca".
Los analistas de BNEF estiman que en 2020 la demanda de baterías será de más de 25 GWh y que irá incrementándose a más de 100 GWh en 2025, así que hay espacio para más de un fabricante.