Hace un año que Volkswagen presentó la tercera generación del Volkswagen Tiguan, un modelo que está justo donde debe estar: un SUV compacto, muy válido como coche familiar, disponible con dos mecánicas híbridas enchufables a elegir y con una completa dotación de equipamiento que, si bien se va un poco largo en el mercado generalista, es una opción que planta cara y es más barata que los representantes de las marcas premium.
En su actual generación el Tiguan es todavía más grande que antes, lo que significa más espacio para llevar tanto a los pasajeros como a su equipaje. Alcanza los 4.539 mm de longitud, manteniendo una anchura de 1.842 mm y una distancia entre ejes de 2.680 mm. Ha sido suficiente como para que el volumen del maletero para alcanzar los 490 litros, que abatiendo las plazas traseras crecen hasta los 1.486 litros.
Todo ello, con una imagen que evoluciona de manera considerable lo visto en su predecesor, luciendo una estética moderna a la par que bastante deportiva. El frontal presenta el ya característico formato de faros unidos entre sí por una franja central, la moldura del paragolpes es enorme y le aporta garra, los pasos de rueda están claramente definidos, calza llantas de 19 pulgadas y la trasera, con el alerón integrado en el techo, continúa transmitiendo dinamismo. Armado con la mecánica PHEV, está disponible desde 46.200 euros.
Etiqueta CERO y más de 100 km de autonomía eléctrica
Aunque está disponible también con motores de combustión y con una alternativa microhíbrida, dentro de la gama las alternativas más interesantes son las versiones híbridas enchufables, puesto que le permiten lucir la etiqueta Cero de la Dirección General de Tráfico.
La primera opción cuenta con un motor 1.5 TSI de 150 CV, que tiene el apoyo de uno eléctrico de 85 kW (115 CV) para desarrollar en conjunto 204 CV y 350 Nm de par máximo. Gracias a ello acelera de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos y alcanza una velocidad máxima de 210 km/h. La batería de la que dispone tiene una capacidad de 20 kWh que le otorga una autonomía eléctrica de 121 km, homologando un consumo de solo 0,4 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 9 g/km.
La superior utiliza una configuración muy similar, pero en ella el motor de gasolina sube hasta alcanzar los 177 CV, por lo que el rendimiento total es de 272 CV y el par asciende hasta 400 Nm. Gracias a ello rebaja el tiempo de 0 a 100 km/h a 7,2 segundos y la punta crece ligeramente hasta los 215 km/h. La batería es la misma, pero por su mayor desempeño la autonomía eléctrica baja a 118 km/h. En ambos casos la batería soporta carga rápida hasta 11kW en AC y hasta 50 kW en CC, pasando del 10 % al 80 % en 26 minutos.
Una dotación de equipamiento de lo más completa
Dado que las mecánicas híbridas enchufables se asientan en la parte más alta de la gama, especialmente la segunda, su compatibilidad con la amplia oferta de acabados del modelo es reducida. La motorización base se asocia con un acabado intermedio, “Más”, que ya tiene una cantidad de equipamiento considerable, mientras que la superior se combina exclusivamente con el deportivo R-Line.
Ya el primero dispone de llantas de aleación ligera “Catania” de 19 pulgadas, faros LED Plus, cristales oscurecidos, control de crucero adaptativo, sistema de aparcamiento asistido Park Assist Pro con ayuda de aparcamiento o climatizador “Air Care Climatronic” de tres zonas. Pero el segundo lo completa con el IQ.LIGHT (faros HD Matrix LED), la cámara trasera, el sistema de navegación “Discover”, los asientos delanteros deportivos tipo bucket R-Line, el Travel Assist y el sistema de aparcamiento asistido “Park Assist Plus”.