Hace unos años, solo algunos aventureros se decidían a dar el salto de la movilidad tradicional a la eléctrica. Esos pioneros compraban un coche eléctrico sin plantearse demasiado el coste económico que suponía, poniendo por delante otros factores como la comodidad, la contaminación o el cambio a una nueva tecnología. Hoy las cosas han cambiado mucho. Aquellos que se acercan a un concesionario tienen a su disposición una amplia oferta de coches eléctricos y quien más o quien menos se plantea el precio como decisivo para considerar si es buena idea adquirir uno. La OCU quiere ayudar a tomar esta decisión.
Una de las ventajas de adquirir un coche eléctrico es la reducción de los costes del ‘combustible’ durante su vida útil en comparación con los de combustión. A cambio, es necesario un mayor desembolso inicial. El aumento del precio de la electricidad puede hacer pensar a muchos que no merece la pena este sacrificio preliminar a cambio de reducir sus gastos a lo largo del tiempo. Por otro lado, también se incrementa el precio del combustible y hay otros factores que pueden ser cruciales al tomar la decisión final. En este escenario actual, la OCU ha publicado un informe que trata de discernir si todavía compensa un coche eléctrico.
¿Merece la pena un coche eléctrico a largo plazo? La OCU hace sus cálculos
Antes de entrar en materia, hay que tener en cuenta el contexto actual del mercado. El Plan Moves III ha sido ampliado hasta julio por el nuevo Gobierno aportando una cantidad que puede llegar a los 7.000 € en caso de entregar un coche para achatarramiento. Más allá, en el horizonte, tiene su peso el límite del año 2035, cuando se prohibirá en Europa la venta de coches de combustión.
La metodología de cálculo de la OCU tiene en cuenta los precios de la recarga de un coche eléctrico en septiembre de 2023 y los compara con los precios de hace dos años, antes de que comenzase la escalada de precios de la energía. Al mismo tiempo, calcula lo que cuesta el uso de un vehículo de combustión, gasolina o diésel, en este momento.
El resultado obtenido por esta organización es que todavía compensa la adquisición de un coche eléctrico, aunque el coste de uso, extrapolado a 10.000 km, ha aumentado de manera significativa. Estos son los detalles de la investigación distinguiendo entre recargar en un punto vinculado (en la vivienda) o en un punto público (recarga rápida).
La recarga en casa (vinculada) del coche eléctrico frente a la gasolina y el diésel
Con el fin de analizar la evolución de los precios de la electricidad y de los combustibles fósiles, la OCU ha calculado el gasto para un usuario que recorre aproximadamente 10.000 kilómetros al año con un automóvil de gama media.
En lo que respecta al consumo, un vehículo eléctrico consume aproximadamente 2.000 kWh de electricidad al año. Aunque la OCU no incluye cómo llega a este dato, este supone aproximadamente 8 kWh al día, en 255 días de uso al año. Estimando un consumo de 20 kWh/100 km, se recorrerían, aproximadamente, 40 km al día. La OCU considera que este consumo se realiza al recargar el vehículo en casa durante la noche, aprovechando las tarifas valle y la tarifa regulada PVPC.
En cuanto a los automóviles de gasolina, se estima un consumo medio de 7 l/100 km, es decir, 700 litros para recorrer 10.000 kilómetros. Para los de gasoil, el consumo medio estimado es de 6 l/100km, 600 litros para ese mismo kilometraje.
El resultado del coste comparado entre 2020 y 2023 para 10.000 km en un coche eléctrico, diésel o gasolina es el siguiente:
De esta tabla comparativa se extrae la conclusión más importante: a pesar del notable aumento de la electricidad, el alza de precios de los combustibles fósiles sigue haciendo que el coche eléctrico sea la opción más rentable a largo plazo. Los incrementos de 2020 a 2023 son significativos en todos los casos. Incluso con tarifas eléctricas elevadas, conducir un vehículo eléctrico durante 10.000 km sigue costando menos de la mitad que uno de gasolina: 470 € frente a 1.145 € por cada 10.000 kilómetros.
Si bien recargar un coche eléctrico es 280 € más caro que en 2020 y el periodo para amortizar el desembolso inicial se extiende, sigue siendo la compra más lógica a medida que se acumulan kilómetros. En comparación con el año 2020, conducir un automóvil de gasolina supone desembolsar 320 € adicionales y un diésel 326 €.
La OCU pone el ejemplo de un modelo eléctrico cuyo coste de compra sea 10.000 € superior a uno de gasolina similar (por tamaño, potencia y equipamiento). Este coste adicional se recuperaría recorriendo 130.000 kilómetros, sin considerar las posibles ayudas a la compra inicial del Plan Moves.
El precio de la recarga pública
La OCU ha calculado también esta misma situación, pero teniendo en cuenta el coste de la recarga en un punto público, donde el incremento de la tarifa es muy notable. La organización asegura que este es un “escenario improbable, ya que normalmente sólo se recurre a estas redes en los viajes u ocasionalmente”.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, aunque hoy en día los propietarios de un coche eléctrico, en su mayoría, disponen de un coche de combustión para los viajes largos, este no es el escenario real en los próximos años. El coche eléctrico está llamado a sustituir por completo al de combustión, por lo que la recarga pública en carretera es tan necesaria como la vinculada en casa.
Además, también deben tener acceso a un coche eléctrico aquellos que no dispongan de la posibilidad de tener un punto vinculado. La solución puede ser repostar en un punto público cada cierto tiempo (como hoy se hace con la gasolina o el diésel). En cualquier caso, el gasto en electricidad de un propietario de un coche eléctrico será una mezcla entre recarga vinculada y pública que depende de cada caso.
Dicho esto, la OCU ha tomado los precios de tres operadores de carga: Zunder (antes EasyCharger), Iberdrola e Ionity, tanto en 2021 como en 2023, y ha calculado el coste que supondría la recarga de los mismos 10.000 km. La OCU no menciona en este caso el consumo medio que ha considerado para establecer los kWh necesarios para recorrer esos 10.000 km.
De la tabla se deduce que, si se utiliza la red Ionity, el coste por cada 10.000 kilómetros es casi 1.000 € más alto en comparación con la tarifa valle (470 € frente a 1.300 €). Aunque ha experimentado una ligera reducción en sus precios, la red Ionity es habitualmente la más costosa de cuantas operan en España. La red de Iberdrola ha elevado sus precios de 0,30 a 0,445 € (un 48%). Zunder ha pasado de 0,3 a 0,44 €/kWh (un 46%).
En algunos casos, es posible adquirir bonos de descuento para uso frecuente. Por otro lado, los precios aumentan notablemente si se utilizan aplicaciones que posibilitan el acceso a diversas redes, como es el caso de Electromaps, Chargemaps o Plugin Surfing.
Conclusiones
Según la OCU, aunque se han incrementado todos los precios de las energías, porcentualmente, afectan en mayor medida a los coches eléctricos, “lo que puede suponer un freno para su implantación y va claramente en contra de los objetivos de descarbonización que se han planteado”, afirma en su comunicado. Añade que “hay que seguir apostando por el mayor uso del coche eléctrico, con medidas que moderen los precios eléctricos como las que propone OCU y tarifas asequibles que incentiven mucho más su uso”.
