La electrificación del transporte profesional ya no es una tendencia lejana, es el día a día de muchas empresas y autónomos. Cada vez más flotas renuevan sus vehículos diésel por modelos eléctricos o híbridos enchufables para reducir emisiones y cumplir con los requerimientos de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).
Tras matricular el vehículo, hay que decidir dónde y cómo recargar, contratar potencias, elegir operadores, controlar costes y coordinar rutas que dependen de la disponibilidad real de puntos de recarga. En ese escenario entra Moeve, que quiere convertirse en el socio de referencia para la electrificación de flotas en España y Portugal con una propuesta clara para el profesional: simplificar al máximo la recarga.
Moeve parte de una idea sencilla
Para una empresa, la recarga del coche eléctrico no puede ser un rompecabezas. La compañía ha creado un ecosistema que combina recarga pública en carretera, tarjetas profesionales, servicios de gestión y una plataforma única desde la que controlarlo todo.
Según datos facilitados por la compañía, su red propia e interoperada suma unos 7.500 puntos de recarga en España. De ellos, más de 1.400 son cargadores ultrarrápidos con potencias superiores a los 150 kW. Con una sola suscripción y un único operador, los clientes profesionales pueden acceder a todos esos puntos. Con este modelo, Moeve se presenta como el único actor del mercado que ofrece hoy una suscripción única con acceso a más de 1.400 puntos de recarga ultrarrápida.
Esta visión se alinea con la estrategia Positive Motion de Moeve, que se ha marcado como objetivo alcanzar las cero emisiones netas en 2050. La apuesta es multienergética, no se limita a la electricidad, pero la electrificación de la movilidad ocupa un lugar central en ese plan.
El punto de partida es claro, ya que flotas y autónomos necesitan soluciones que les permitan descarbonizar su actividad sin perder eficiencia operativa. No basta con instalar algunos cargadores repartidos sin criterio. Hace falta acompañamiento técnico, modelos de inversión flexibles y herramientas digitales que den visibilidad real del coste energético de cada kilómetro.
Una de las grandes barreras para quienes trabajan a diario en la carretera es la fragmentación de la recarga pública. Un mismo conductor puede terminar usando tres o cuatro aplicaciones distintas para completar un trayecto largo, con tarifas diferentes, formas de pago cambiantes y muy poca transparencia sobre el coste real por kWh que asume la empresa. Además, no todos los puntos de recarga son iguales. Para un reparto urgente o una visita comercial improvisada, la diferencia entre un punto semirrápido y un cargador ultrarrápido se mide en minutos que el vehículo permanece parado.
La compañía intenta reducir esa complejidad con su recarga en ruta, la recarga on the go. Bajo una misma suscripción agrupa su red propia y una amplia red interoperada. En la práctica, esto significa que un conductor profesional puede planificar sus trayectos sabiendo que tiene acceso, con una única cuenta, a miles de puntos repartidos por España. Cuando necesita recuperar autonomía en poco tiempo, encuentra más de 1.400 cargadores ultrarrápidos dentro de esa misma red.
Dos planes de suscripción para profesionales
Moeve ofrece Electric Plan, que tiene una cuota de 14 euros al mes sin IVA y aplica un 15 % de descuento sobre el precio del kWh, orientado a flotas que usan recarga pública con frecuencia pero con volúmenes moderados. Electric Pass funciona como un bono mensual de 320 kWh por 124 euros al mes sin IVA, con un coste efectivo de unos 0,38 euros por kWh, pensado para empresas con uso intensivo de recarga en carretera que quieren mayor estabilidad en el precio de la energía.
Moeve ofrece las Tarjetas Moeve Pro, dirigidas a autónomos y flotas que quieren simplificar pagos y reforzar el control operativo. Con ellas, los clientes obtienen un cinco por ciento de descuento en la red de Moeve y en la red interoperada, cuentan con asistencia telefónica permanente y pueden definir quién puede recargar, con qué límites y en qué condiciones, reduciendo usos no autorizados y facilitando la conciliación de gastos a final de mes.
La descarbonización de la movilidad profesional no puede recaer solo en cambiar de vehículo. Sin infraestructura adecuada, tarifas claras y herramientas de gestión, una flota eléctrica puede resultar más cara y compleja de operar de lo previsto. Con la combinación de red, servicios y tecnología, Moeve quiere ocupar ese espacio como aliado para autónomos y empresas que den el salto a la movilidad eléctrica manteniendo lo esencial, que sus vehículos sigan haciendo kilómetros cada día con el menor coste posible y con menos emisiones.