En Italia se vive el automovilismo de una forma diferente. Si bien hay tradición por la industria, los transalpinos le dan un enfoque único guiado por la pura pasión. Entre sus fronteras encontramos a algunos de los fabricantes más famosos del mundo, entre ellos Ferrari, Lamborghini y Maserati. Las casas italianas son sinónimo de deportividad y pasión por cada uno de los coches que fabrican. Sin embargo, no todas se encuentran en el mismo punto. Ferrari es la marca más rentable del sector. Lamborghini ha apuntalado su futuro gracias al Grupo Volkswagen. Y Maserati está en un punto que no saben ni qué hacer con ella. Se rumorea (una vez) su venta.
La delicada situación por la que atraviesan los de Modena no es nueva. Maserati vive en una constante crisis, al igual que Alfa Romeo o Lancia (las tres pertenecen a Stellantis). Sus ventas son muy residuales. Apenas unas pocas miles de unidades al año no son suficientes para justificar los elevados presupuestos. Maserati ha registrado pérdidas por valor de 260 millones de euros. La producción se ha reducido casi un 50% y el futuro es muy negro. Santo Ficili, CEO de la marca reconoce que estamos ante una empresa diferente, pero a fin de cuentas, como cualquier otra, tiene que rendir resultados frente a un conglomerado superior.
Maserati tiene muy complicado hacer frente a los nuevos conflictos de la industria
Carlos Tavares ejecutó muchos cambios en la estructura y en la estrategia de Maserati. Los italianos fueron los primeros en lanzar al mundo un superdeportivo eléctricos. El Gran Turismo Folgore. Sin embargo, no calcularon muy bien su efecto. La familia Folgore, incluyendo el Grecale, languidece en los concesionarios a la espera de clientes. Los italianos aseguraron su electrificación total en 2028. Pocos se acercan preguntando por ellos. Maserati siempre ha sido pasión y amor por el automovilismo. Suyo fue el primer mundial de Fórmula 1 disputado en la década de los 50. Muchos son sus éxitos en el campo de la competición. Ahora, nadie parece interesado en sus productos y mucho menos en los eléctricos.
Stellantis tiene que tomar una decisión. Antonio Filosa acaba de tomar las riendas de Stellantis tras la sede vacante dejada por Tavares a finales del año pasado. Filosa reconoce que ama la marca, pero esto es un negocio y las cifras son las que marcan las decisiones. El conglomerado ha repetido hasta la saciedad que no piensan deshacerse de Maserati, pero una y otra vez surgen los rumores. La viabilidad de las 14 marcas que componen el grupo ha sido una de las prioridades de John Elkann, presidente de Stellantis, mientras entrevistaba a los candidatos para ocupar el puesto de CEO. Los analistas instan a optimizar la cartera de marcas para obtener mejores márgenes de beneficio. Varias corren peligro. La más prestigiosa, Maserati. 14 marcas son muchas marcas.
Stellantis contrató los servicios de la consultora McKinsey a principios del pasado mes de abril para que les asesorara sobre los efectos y posibles soluciones de los aranceles estadounidenses sobre las marcas Maserati y Alfa Romeo. Ya entonces la dirección del conglomerado afirmó su total compromiso hacia ambas marcas. A pesar de ello, la consultora ha apuntado a la posible venta de Maserati como una de las opciones para evitar pérdidas mayores, tal y como indican las fuentes. Hacer frente a los aranceles puede ser el último clavo en su ataúd. Los italianos no pueden incrementar los precios teniendo en cuenta que apenas venden con los actuales.