Asegura el dicho que no siempre llueve a gusto de todos. La llegada masiva del coche eléctrico ha provocado una guerra comercial no sólo entre las marcas, sino también entre los países. Europa es una de las regiones más competitivas en materia de automoción. Alemania y España ocupan los primeros puestos en la lista de los países del Viejo Continente que más coches producen. Nuestro territorio es escogido por muchas marcas para fabricar coches, atraídos por una excelente mano de obra y una red industrial de primer nivel. Stellantis fabrica muchos de sus coches en España y eso ha abierto una disputa con el Gobierno francés.
Carlos Tavares, conocido en la industria por recortar hasta el último céntimo de gasto que no sea necesario, pone toda su atención en aquellos territorios donde la relación coste-producción es más interesante. Stellantis tiene varias fábricas en nuestro país, como la de Zaragoza, Madrid o Vigo. Centros de referencia que seguirán siéndolo durante mucho tiempo al acoger la producción de numerosos coches eléctricos. Recientemente se ha sabido que Tavares ha trasladado a España la producción del Peugeot e-208, algo que no ha sentado nada bien en los despachos del Elíseo.
El ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, se ha enfrentado con Stellantis por favorecer a España en esa guerra comercial centrada en la producción de coches eléctricos. Tavares, que también es famoso por no morderse la lengua, ha respondido con una dura crítica hacia las políticas del Gobierno que parecen más encaminadas a contentar a marcas como Tesla. “Tenemos que estar en el mismo campo de juego” ha comentado Tavares en una entrevista recogida por Automotive Europe News. ¿A qué se refiere el CEO de Stellantis con estas declaraciones?
Hace unos días, Elon Musk se reunió con Emmanuel Macron, presidente de la República, para convencer al magnate americano de invertir en el país con la instalación de una nueva fábrica de coches. El CEO de Tesla ha aprovechado su visita por el Viejo Continente para reunirse con otros altos líderes políticos, como Giorgia Meloni, primera ministra italiana. Todos los países quieren albergar la nueva Gigafactoría de la compañía y, a modo de seducción, cada territorio plantea sus propias exenciones fiscales o posiciones ventajosas. Hay miles de millones de euros y miles de puestos de trabajo en juego.
A tenor de estas reuniones y las previsibles ventajas fiscales ofrecidas a Tesla, Tavares ha criticado la posición del Ejecutivo galo. Que los gobiernos se interesen por atraer capital extranjero procedente de fabricantes de automóviles es positivo en estos momentos de transición, pero no debe suponer una discriminación con respecto a los fabricantes más antiguos. Stellantis ha decidido derivar a España la producción del Peugeot e-208 por una simple cuestión de costes, no de intereses. Si Francia hubiese ofrecido condiciones favorables, seguro que la decisión hubiese sido otra.
España se ha convertido en un destino muy solicitado por las marcas de coches. Volkswagen convertirá Sagunto, Navarra y Barcelona en tres de sus plazas productivas más importantes del mundo. Stellantis y Renault también aportan muchos recursos a la industria, mientras que los últimos rumores, desatados hace unos días, fijan en Valencia la instalación de la nueva Gigafactoría de Tesla. Por el momento, no hay nada confirmado al respecto, aunque se espera que pronto salgan a la luz los posibles detalles.
