Toyota ha dado un paso decisivo en su estrategia de electrificación, anunciando una inversión de 680 millones de euros para fabricar su próximo vehículo eléctrico de batería en la República Checa. La decisión no solo refuerza la posición de la compañía en el mercado europeo, sino que también marca un hito en el compromiso de la firma con la producción de vehículos de cero emisiones a nivel local.
La inversión se destinará a modernizar y expandir la fábrica donde actualmente se ensamblan el Toyota Yaris y el Toyota Aygo X. La planta, ubicada en Kolín, crecerá de 152.000m² a 173.000m² e incluirá la instalación de una nueva línea de producción de baterías, un taller de soldadura de última generación y una moderna cabina de pintura. Estas mejoras están diseñadas para aumentar la capacidad de producción anual de la fábrica, superando las 220.000 unidades actuales y garantizando que la mayoría de los componentes del nuevo modelo se obtengan dentro del propio país.
La estrategia de Toyota evoluciona
Aunque la compañía japonesa ha mantenido en secreto los detalles del nuevo vehículo, la decisión ha desatado especulaciones. La referencia de la empresa a una producción de "vías múltiples" sugiere que el nuevo modelo podría ser un vehículo eléctrico compacto, probablemente basado en la misma plataforma TNGA-B que el Toyota Yaris. Sin embargo, esto representaría un cambio notable en la estrategia previamente comunicada por los ejecutivos de la marca.
A principios de este año, Andrea Carlucci, jefe de producto de Toyota Europa, había declarado que un vehículo eléctrico del tamaño del Yaris no era económicamente viable por el momento y que la compañía se enfocaría en segmentos de mayor crecimiento, como los C, D y E. Con este anuncio, parece que el momento "adecuado" para un coche eléctrico más pequeño ha llegado. La inversión millonaria es una clara señal de que Toyota se prepara para competir en todos los frentes de la electrificación.
Inversión con respaldo gubernamental
La apuesta de Toyota no llega sola. La inversión cuenta con un respaldo de 64 millones de euros en fondos gubernamentales checos. El primer ministro de la República Checa, Petr Fiala, ha calificado el proyecto como "crucial" para el futuro de la industria del automóvil de la nación. La inversión también impulsará la economía local al crear 245 nuevos puestos de trabajo.
Este anuncio consolida la posición de Toyota en Europa y demuestra su compromiso con la transición energética de la industria del automóvil. Al producir su próximo vehículo eléctrico en suelo europeo, la marca no solo se alinea con las regulaciones y tendencias del mercado, sino que también reduce la dependencia de las cadenas de suministro globales. Es un movimiento audaz que subraya la determinación de la empresa de ser un actor clave en la carrera de los vehículos eléctricos.