Corría el año 2018 y los más optimistas apuntaban a que en 2023 ya tendríamos en España un total de 90.000 estaciones de carga para coches eléctricos, que se contarían por unos cuantos miles más de los que se venden y circulan por nuestras carreteras.
Cinco años después, no llegamos ni a los 23.000 puntos de recarga, lo que indica que todavía seguimos lejos del crecimiento medio europeo en cuanto a movilidad eléctrica se refiere. Se pueden consultar estos puntos en la web de la Comisión Europea, con su respectiva potencia y localización exacta.
La mejora es más que obvia, puesto que la matriculación de vehículos eléctricos e híbridos enchufables ya empezó a duplicarse desde 2016 y respecto al año anterior. De 2019 a 2020 se puede hablar del último período en el que ocurrió esto, puesto que de 2020 a 2021 ya no alcanzó a duplicar y de 2021 a 2022 apenas se registró un crecimiento similar, según los datos de Statista.
En 2023 no ocurre tampoco nada destacable, teniendo en cuenta que el cierre de septiembre dejó un acumulado de todo el año un 47,2% mayor que el mismo período del año precedente. O lo que es lo mismo, que está lejos de duplicarlo, aunque con los 88.067 automóviles electrificados que se han vendido, ya suman más que en todo 2022. De todos estos, prácticamente la mitad corresponden a 100% eléctricos.
Si tenemos en cuenta que la previsión era de 190.000 matriculaciones de vehículos con etiqueta Cero, según la estimación de ANFAC, España está lejos de lograr los objetivos que se piden desde la Unión Europea. De hecho, no parece que la cifra vaya a estar muy por encima de las 100.000 unidades.
La crisis mundial tras la pandemia no ayudó al mercado, desde luego, aunque no es un argumento válido para estar a la cola en Europa en cuanto a electromovilidad, con sólo Hungría y República Checa por detrás. La media europea en el indicador de crecimiento es de 25 puntos, mientras que España suma 12 puntos en el cómputo global del sector.
En medio de esta situación, está el hecho de que desde Bruselas siguen alentado a mejorar en este sentido, con un ‘Fit For 55’ lejos de alcanzarse por parte de nuestro país.
Lo último firmado por el Parlamento Europeo es que la flota de vehículos electrificados dispondrá de un punto de carga por cada 60 kilómetros de la Red Transeuropea de Transporte llegado el año 2026. Además, todos ellos deben tener, como mínimo, una potencia de carga de 400 kWh. El tiempo dirá.
