Veterano empresario, que ha vendido 150.000 coches, asegura que “a partir de 2030 los coches combustión serán residuales”

Este empresario valenciano, (nacido en Córdoba), Manuel Palma, vaticina que en la década de 2030 los coches térmicos serán residuales y apuesta por eléctricos accesibles y de alta autonomía.

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El empresario sostiene que el mercado migrará al vehículo eléctrico en la próxima década Chat GPT
18/09/2025 12:18
Actualizado a 18/09/2025 12:18

Manuel Palma (Palma del Río, Córdoba, 1959) llegó a Valencia en 1980 para el servicio militar y descubrió su vocación emprendedora. De origen humilde y tras trabajar como mecánico, comenzó comprando y vendiendo vehículos hasta quedarse definitivamente en la ciudad. Lleva más de cuatro décadas en el sector automovilístico.

Con más de 150.000 coches vendidos y 12 concesionarios gestionados, pronostica el fin del motor de combustión: "A partir de 2030, las ventas de coches térmicos serán residuales". Aunque planea comprar un eléctrico, advierte que deben "bajar de precio y mejorar su autonomía". Expresidente de la escuela de negocios EDEM, donde sigue dando clases, actualmente forma parte del consejo consultivo de Banco Sabadell.

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Manuel Palma ha vendido más de 150.000 vehículos en sus 12 concesionarios.

Un referente del sector opina sobre el coche eléctrico

Palma llegó a València en 1980 para cumplir el servicio militar y, tras trabajar en un taller, descubrió que la compraventa de coches podía ser un negocio. Cuatro décadas después, su trayectoria incluye la presidencia de la escuela de negocios Edem, su participación en el consejo consultivo de Banco Sabadell y la venta de miles de vehículos de diferentes marcas.

El empresario recuerda que en sus mejores años llegó a comercializar 7.000 unidades anuales. “Hoy es imposible: antes el mercado se repartía entre seis marcas y ahora entre 50. Para mantener esa estructura necesitaría absorber muchísimas marcas, con un riesgo altísimo”, explica. En 2024 optó por arrendar sus instalaciones al Grupo Marcos y salir del negocio directo.

Convencido de que “los fabricantes que no apuesten por el eléctrico van a desaparecer”, Palma señala dos condiciones clave para acelerar la adopción: precio y autonomía. “No tiene sentido que un eléctrico sea más caro que uno de combustión cuando su mecánica es más sencilla. Además, la autonomía debería subir a 800 o 1.000 kilómetros para competir de verdad”, sostiene.

A su juicio, en cinco años los vehículos eléctricos habrán alcanzado esa cifra y el cambio será irreversible. “Todos los fabricantes están destinando la inversión a esta tecnología. El que siga apostando por la combustión quedará fuera del mercado”, advierte.

China y Europa: una carrera desigual

Palma observa con preocupación la transformación industrial en Europa. “Nos hemos pegado un tiro en el pie. Éramos líderes en motores de combustión y hemos pasado al eléctrico, donde los mejores son los chinos: tienen la tecnología, los ingenieros y las fábricas, sin nuestras cargas sociales. Competir así es casi imposible”, lamenta.

El empresario también pide revisar la fiscalidad: “No puede ser que un Porsche de gasolina pague el mismo IVA que un eléctrico. Hay que incentivar de verdad la transición”.

Más allá de cifras y tendencias, Palma defiende una filosofía empresarial basada en el trato al cliente. “En mi grupo damos a todos los empleados un manual: si el rey viniera a matricular a sus hijas, ¿cómo le atenderías? Pues igual hay que tratar a cualquier cliente, sea quien sea, sin juzgar por apariencia o condición”, explica.

Maratonista aficionado, con una veintena de carreras y diez marcas por debajo de las tres horas, Palma encuentra paralelismos entre deporte y empresa. “En una maratón aprendes a disfrutar del sufrimiento. En los negocios pasa igual: hay que levantarse temprano, entrenar, superar problemas con clientes, producto y personal. Si disfrutas a pesar de todo, vas bien”.

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No tiene dudas: la transición al coche eléctrico es imparable.

“Mi próximo coche será eléctrico”

Tras dejar la automoción, el grupo Palma centra ahora sus esfuerzos en educación, servicios sociales e inmobiliario. Gestiona tres colegios con más de 1.000 alumnos, varias residencias y una amplia cartera de inmuebles. “Durante la pandemia no tuvimos ni un fallecido en nuestras residencias. Queremos seguir creciendo en sectores donde podemos aportar valor”, señala.

Palma resume su filosofía de gestión con una frase que repite a estudiantes y emprendedores: “Gasta como si fueras pobre e invierte como si fueras rico”. Defiende asumir riesgos con moderación y evitar que la deuda supere el 25 % de los fondos propios. “He tenido éxitos y fracasos. Incluso en el automóvil, donde invertí mucho y gané poco los últimos años. Pero todo sirve de aprendizaje”, afirma.

A sus 66 años, el empresario cordobés lo tiene claro: la transición a la movilidad eléctrica no es opcional, sino un proceso imparable. “El coche eléctrico es fantástico: no contamina, no hace ruido y es sencillo de fabricar. Solo falta que sea accesible y que la autonomía dé el salto. El cambio llegará y será definitivo”, concluye.