Yamaha atraviesa un momento de transición marcado por importantes cambios estratégicos y en su liderazgo. A principios de 2025, la firma japonesa adquirió la división de motores para bicicletas eléctricas del fabricante alemán Brose, conocida como e-Kit. En ese momento, todo indicaba que Yamaha reforzaría su presencia en el segmento de las ebikes, un sector que prácticamente ayudó a crear hace ya varias décadas.
Sin embargo, según una reciente publicación de Nikkei Asia, las prioridades parecen haber cambiado. Como recordarán algunos, Yamaha se retiró del negocio de bicicletas eléctricas en Estados Unidos a finales de 2024, aunque mantuvo su actividad en otros mercados internacionales como Europa y Asia. Ahora, los planes apuntan a que también abandonará del todo la comercialización de bicicletas eléctricas en Europa, aunque seguiría apostando por este mercado en Japón. Por ahora, no está claro cuándo se concretará esta decisión.
Lo que tiene pensado Yamaha
Las motocicletas y la división de embarcaciones son los dos pilares más sólidos de Yamaha dentro de su diversificada estrategia de negocios. Sin embargo, la compañía sabe que la diversificación es clave para su estabilidad: si un área se debilita, otra puede compensar, y así mantener el rumbo independientemente de los altibajos de cada nicho.
Por eso, Yamaha está decidida a apostar fuerte por la robótica. A primera vista, el nombre “Yamaha Robotics” podría resultar un tanto engañoso para el público general. Muchos imaginarán brazos mecánicos y robots de asistencia como los que ya se utilizan en fábricas de motos y coches. Pero en realidad, el nuevo enfoque de Yamaha en robótica está orientado principalmente al sector de los semiconductores, un componente crucial para la industria tecnológica global.
Un futuro por definir
En 2024, las actividades de Yamaha en el ámbito de la robótica representaron aproximadamente un 4% de sus ingresos totales, una cifra aún modesta en comparación con otras divisiones. Pero la meta es ambiciosa: la compañía espera elevar esa cifra hasta acercarla a lo que actualmente genera su división marina, es decir, en torno a un 20% de los ingresos. Habrá que ver si esta estrategia logra los resultados previstos.
Es comprensible que muchos vean con cierta tristeza el alejamiento progresivo de Yamaha de las ebikes, un segmento que ayudó a popularizar desde los años 90'. Pero los tiempos cambian, y las condiciones del mercado también. Para seguir siendo relevante, una empresa no puede quedarse anclada en el pasado, y esa parece ser la premisa que guía a Yamaha en esta nueva etapa.
Queda por ver cómo evolucionará este viraje hacia la robótica y si realmente se traducirá en un éxito comparable al que la compañía ha tenido en otros campos. Lo que está claro es que Yamaha no renuncia a innovar y sigue buscando nuevos caminos para sostener y hacer crecer su legado.
Ojalá esta nueva estrategia funcione y permita a la compañía continuar desarrollando los vehículos (motos, motores y más) que tantos entusiastas siguen disfrutando en todo el mundo.