Los fabricantes de coches ya no sólo tienen que preocuparse de los motores, las cajas de cambios o la carrocería. Los coches modernos son ordenadores con ruedas en los que el software resulta clave. La mayoría de los fabricantes ha tenido que adaptarse y buscar soluciones para desarrollar las líneas de código que hoy controlan la conducción. No todas han corrido la misma suerte. En muchos casos han buscado socios y colaboradores con mucha más experiencia. En 2022, Stellantis y Amazon firmaron un acuerdo fundamental que hoy sabemos que ha fracasado. Las compañías se distancian sin haber encontrado la unión.
Tal y como confirma Reuters, el acuerdo de Amazon con Stellantis para crear un software para automóviles que las compañías esperaban que transformara la experiencia de conducción y reforzara sus credenciales tecnológicas para vehículos está "llegando a su fin". Hay que retroceder hasta el día antes de Reyes de 2022 para fechar el comunicado oficial de dicha colaboración. Entonces, ambas compañías anunciaron ante todo el mundo una gran colaboración tecnológica. Amazon es una de las mayores empresas tecnológicas del país. A través de su división Amazon Web Services surte de sistemas a muchas empresas del mundo. La división Web Services es mayor que la de logística que todos conocemos.

Stellantis quería contar con la más avanzada tecnología de Amazon
Pocos árboles mejores a los que acercarse para desarrollar sistemas relacionados con la automoción. Apple y Android controlan el mercado a través de sus aplicaciones Android Auto y Apple CarPlay. Stellantis y Amazon querían ser la alternativa, pero no será posible. El proyecto, bautizado como SmartCockpit ha llegado a su fin. De haber llegado a buen puerto ambas empresas habrían logrado beneficios. Stellantis contaría con un sistema ad hoc para todos los coches de sus 14 marcas globales. Amazon, por su parte, ganaría una base sólida para expandir su tecnología a otros fabricantes, incluido para el coche eléctrico de precio razonable que está desarrollando en secreto.
Ninguna de las dos partes ha querido hacer declaraciones al respecto y, por lo tanto, no sabemos cuáles han sido los motivos para tan importante ruptura. El único comunicado emitido por Amazon y Stellantis asegura que este cambio “permitirá a cada equipo centrarse en soluciones que aporten valor a nuestros clientes comunes y se ajusten mejor a nuestras estrategias en constante evolución”. Está claro que ha habido algún problema. Los retrasos han sido parte constante del proyecto. Inicialmente se había estimado que SmartCockpit llegase a los coches de producción a finales de 2024 o principios de 2025, pero está claro que no ha sucedido y nada indicaba que fuese a suceder pronto.

Era parte de lo que Stellantis llamó su plataforma ABC, que incluía su arquitectura para coches eléctricos STLA Brain y el sistema de asistencia al conductor Autodrive. Según el acuerdo firmado en 2022, Stellantis pagaría a Amazon por el acceso al software de cada vehículo, así como otras cuotas de mantenimiento. Según lo previsto, Amazon pagaría a Stellantis cuotas por incentivos, por ejemplo por cada usuario que se suscribiese a cualquiera de los servicios de la empresa como la música en streaming. La ruptura de este acuerdo no condiciona que las marcas de Stellantis sigan apoyándose en el sistema Alexa para el control fónico de sus funciones.