Muchas son las cosas que sorprenden de la industria automovilística china. Además de su velocidad para desarrollar y producir coches, lo más destacado es la facilidad y agilidad con la que son capaces de solucionar defectos o problemas.
Si bien las actualizaciones vía OTA han permitido evolucionar los coches de forma remota y rápida, hay problemas que no tienen tan fácil solución. A pesar de ello, los chinos nos sorprenden una vez más. En esta ocasión es Xiaomi. La compañía acaba de presentar una inteligente solución que promete zanjar el debate general sobre las pantallas y los botones físicos. Muchos deberían aprender.
En los últimos 10 años la tecnología de los coches ha evolucionado más que en el último siglo. La aparición de los formatos digitales ha disparado la imaginación de los desarrolladores. Hoy resulta esencial que un coche tenga pantallas, parece que cuantas más mejor, pero no es una cuestión de cantidad sino de calidad. La integración digital debe ser sensata, funcional y segura.
Los nuevos dispositivos tienen que mejorar la experiencia a bordo, no suponer un peligro para los ocupantes del vehículo y para el resto de ocupantes de la vía. En muchas ocasiones nos hemos quejado del formato 100% digital, aunque no todo el mundo está de acuerdo con esta corriente de pensamiento.
Conexión magnética con la pantalla principal y control analógico de muchas funciones
Europa ha advertido de que castigará a los fabricantes que apuesten por el uso masivo de pantallas y sistemas táctiles. Euro NCAP, el organismo encargado de medir la seguridad de los coches puntuará de forma negativa a aquellas marcas que no usen botones físicos que permitan mantener la atención en la carretera.
Para una marca es mucho más barato crear una línea de código que producir cientos de miles de botones que complican la línea de montaje y retrasan el desarrollo de un producto. Los mandos analógicos casi han desaparecido de los coches modernos, pero en Xiaomi acaban de dar con una práctica solución para su SU7 que promete contentar a todo el mundo.
Su primer coche es todo un alarde de prestaciones y tecnología. Las últimas versiones presentadas prometen hasta 900 kilómetros de autonomía y más de 1.000 caballos de potencia. Sin embargo, en esta ocasión nos centramos en su interior. Durante la revelación oficial pudimos contemplar un habitáculo ampliamente digital que despertó las dudas de muchos usuarios por el hecho de ofrecer todos los sistemas integrados en una gran pantalla central de 16,1 pulgadas. Si bien el gran tamaño promete hacer la gestión táctil más sencilla, nada mejor que los botones y las ruedas físicas para simplificar el proceso. En China han tomado buena nota y acaban de presentar la mejor solución de todas.
Los ingenieros han desarrollado una unidad de control física que se une magnéticamente a la pantalla. A través de esa fila de botones, donde se incluye un mando giratorio, se podrá controlar gran parte de las funciones habituales del coche. El puerto podrá comprarse de forma opcional y serán los clientes los que lo integren o desconecten según sus preferencias.
Durante la presentación, el director ejecutivo de Xiaomi, Lei Jun, ha asegurado que comprende el debate general sobre los botones y las pantallas, así que un equipo de ingenieros se ha puesto manos a la obra para solventar el problema y contentar a todo el mundo. El SU7 pronto llegará a los concesionarios de China con precios realmente atractivos. Todavía no hay planes para el mercado europeo, aunque es muy posible su llegada.
