Mientras Alemania sigue agotando vías para garantizar el uso de combustibles 'libres de emisiones' frente a la Unión Europea, el Grupo Volkswagen a través de Porsche sigue inmersa en el desarrollo de esta tecnología. Sobre ella ha hablado recientemente la propia marca, dando a conocer varios aspectos clave además de entrevistando al máximo responsable de la planta chilena Haru Oni, que es la fábrica que se está encargando de ejecutar la prueba piloto antes de pasar a una mayor escala de producción.
La entrevista ha dejado tras de sí varias declaraciones muy llamativas, como que, de acuerdo con Marcelo Daller, responsable de Operaciones de la planta, los combustibles sintéticos podrían llegar a producirse a escala masiva en 2027 con la entrada en funcionamiento en dos nuevas fábricas situadas en Australia y Estados Unidos.
Porsche también ha sido clara con un tema: usar combustibles sintéticos implica que los motores siguen emitiendo CO2 a la atmósfera. La clave reside en que este C02 emitido ha sido previamente compensado durante la producción del combustible, ya que para elaborarse se necesita extraer CO2 de la atmósfera, por lo que el gas que se emite después de quemarse ha sido neutralizado en su producción.
En resumidas cuentas, para producir esta gasolina artificial se utiliza un método inverso al de una pila de combustible, donde la combinación de hidrógeno y oxígeno produce electricidad y agua. Aquí es al revés, con electricidad obtenida de manera limpia, se procede a la separación del hidrógeno y el oxígeno que contiene el agua.
El diésel también se puede 'salvar'
Con estas cartas sobre la mesa, Porsche apunta a que toda la infraestructura de transporte y abastecimiento que ya existe para la gasolina se puede aprovechar para los combustibles sintéticos en el futuro. Sin embargo, hay un dato que no se puede pasar por alto. Aunque actualmente los coches movidos con motores diésel se encuentran en una situación de plena caída libre en el ámbito comercial, el parque móvil de particulares está compuesto en gran parte por coches alimentados por gasóleo, mientras que en el sector de los transporte es la tónica habitual.
Más concretamente, y sólo centrándonos en España, aproximadamente el 60% del parque móvil de nuestro país está protagonizado por vehículos diésel. Coches que seguirán circulando y emitiendo gases a la atmósfera durante las próximas décadas hasta alcanzar el final de su vida útil.
Daller, sin embargo, ha dado una clave muy importante acerca del porvenir de los motores diésel: pueden salvarse gracias al uso de los combustibles sintéticos y, aunque no se va a producir gasóleo en Haru Oni, admite que es posible hacerlo: "Aquí no se va a hacer diésel, pero se podría. Existe la tecnología para ello."
Dado el estado comercial de los coches movidos por diésel, se antoja francamente complicado que se sigan vendiendo turismos movidos por este tipo de motores mucho más allá de 2030, pero en cuanto a camiones y comerciales ligeros, la tónica puede ser distinta. Sea como fuere, para quienes se acaban de comprar un coche de este tipo o tienen intencion de alargar el uso del que ya tienen hasta bien entrada la próxima década, podrían tener en Porsche su salvación de llegar a poner la marca en práctica este método también con gasóleo sintético. Ahora bien, se seguirán viendo, presumiblemente, limitados en zonas de bajas emisiones.
