Elon Musk, exdirector del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y CEO de Tesla y SpaceX, ha lanzado una dura crítica contra la nueva ley fiscal promovida por el presidente Donald Trump, conocida como el "Big Beautiful Bill". A través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), Musk calificó la propuesta como una "aberración repugnante" y advirtió que podría llevar a Estados Unidos a la bancarrota.
La legislación, respaldada por los republicanos, contempla recortes fiscales significativos que, según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), podrían dejar sin cobertura sanitaria a 10,9 millones de personas para 2034. Además, establece nuevos requisitos laborales para acceder a seguros médicos y asistencia alimentaria, lo que podría afectar a millones más.
Musk VS Trump: de mejores amigos a la crítica feroz
Musk, quien recientemente abandonó su cargo en el DOGE, expresó su preocupación por el creciente déficit fiscal que esta ley podría generar. En una entrevista con CBS, denunció que el proyecto implica un gasto público masivo que aumentaría el déficit presupuestario. "Los pagos de intereses ya consumen el 25% de todos los ingresos del gobierno. Si el gasto deficitario masivo continúa, sólo habrá dinero para pagar intereses y nada más. Ni seguridad social, ni seguro médico, ni defensa... nada", escribió en X.
La propuesta de ley fiscal impulsada por el presidente Donald Trump, podría tener también repercusiones significativas para Tesla y otras empresas de Elon Musk. Una de las principales preocupaciones para Tesla es la eliminación de créditos fiscales para vehículos eléctricos que la ley contempla.
Estos incentivos han sido fundamentales para fomentar la adquisición de vehículos eléctricos en Estados Unidos y han beneficiado directamente a Tesla. La empresa ha invertido considerablemente en influir, mediante lobbys, para preservar estos créditos, pero la nueva legislación amenaza con suprimirlos, lo que podría afectar negativamente las ventas de Tesla y su posición en el mercado.
Las críticas públicas de Elon Musk hacia la ley fiscal han generado tensiones con la administración de Trump y podrían influir en la percepción de la marca Tesla entre ciertos segmentos del público. Además, la retirada de la nominación de Jared Isaacman, aliado de Musk, para dirigir la NASA, ha exacerbado las fricciones entre Musk y el gobierno, lo que podría tener implicaciones en futuras colaboraciones o contratos gubernamentales.
La relación entre Musk y Trump, que inicialmente fue cercana, se ha deteriorado en los últimos meses. Musk fue nombrado para liderar el DOGE con el objetivo de reestructurar el gobierno federal y eliminar regulaciones para reducir gastos. Sin embargo, su gestión fue polémica, marcada por despidos masivos y recortes en agencias como USAID y la FDA. Aunque se propuso recortar hasta dos billones de dólares en gastos, los resultados fueron modestos, con solo unos 150.000 millones de dólares en recortes potenciales.
El nuevo proyecto de ley fiscal también ha generado divisiones dentro del Partido Republicano. Algunos senadores expresan su preocupación por el impacto social y económico de la legislación, mientras que otros apoyan las medidas como necesarias para estimular el crecimiento económico. La propuesta también incluye aranceles que podrían compensar parcialmente el déficit, pero que, según expertos, generarían inflación y afectarían el crecimiento económico.
La salida de Musk del gobierno y su crítica abierta a la legislación de Trump reflejan las tensiones internas en la administración y el debate sobre el rumbo fiscal del país. Mientras tanto, la propuesta de ley continúa su trámite en el Senado, enfrentando tanto apoyo como oposición en su camino hacia la aprobación.