El principal factor en torno al que se articula el precio de un coche eléctrico es su batería. Es el elemento más caro de todo el conjunto y de él depende en gran medida lo que acabará costando una vez llegue a los concesionarios. Por esto mismo también se trata de un aspecto muy polémico, ya que muchos fabricantes han optado de manera directa por por incorporar baterías de gran tamaño para con ello poder disfrutar de autonomías superlativas, que no es la mejor solución de cara al uso eficiente de los recursos disponibles (especialmente del litio). Sin embargo otros, como Ford, critican esta tendencia y están decididos a no seguir con este camino.
El fabricante con sede en Detroit asegura que no pondrán en el mercado coches eléctricos de 1.000 kms de autonomía ya que eso implicaría el uso de baterías más grandes y, por ende, de un mayor precio de fabricación y venta al cliente. El objetivo de Ford se posiciona en instalar baterías con más alcance, pero con menos capacidad. “Durante años trabajamos en aumentar la eficiencia de los coches de gasolina, es hora de hacer lo mismo con los vehículos eléctricos”, afirmó Jim Farley, CEO de la compañía.
Recientemente, el mismo directivo, anunció que próximamente llegara un nuevo SUV eléctrico con capacidad para siete ocupantes. Según nuevos datos, tendrá una autonomía aproximada de 560 kilómetros y contará con un paquete de baterías de alrededor de 100 kWh de capacidad. Farley señaló que se encontraba desconcertado con lo que a día de hoy se está viendo en la industria automovilística, especialmente con modelos eléctricos como el Hummer EV y su enorme batería de más de 200 kWh.
“No tengo idea de lo que está pasando en esta industria en este momento. Todo lo que escucho son esos anuncios de 700 u 800 kilómetros de autonomía. Son enormes: con esas baterías no ganas dinero”, afirmó Farley. Además, declaró que no comprende esa ‘obsesión’ de ciertas marcas por la autonomía a través del uso de grandes baterías, en lugar de depurar esas cifras con un tamaño razonable a partir de la buena eficiencia, tanto mecánica como aerodinámica. “Algunos fabricantes apuntan a las estrellas para promocionar algo completamente ridículo”, aseguró.
Frente a ello, “nosotros no vamos a ir a un rango de autonomía de 1.000 kilómetros. Estamos tratando de hacer la batería más pequeña posible para una autonomía competitiva”, señaló. Este posicionamiento no sólo será vital en lo que se refiere al ahorro de costes para la compañía, sino también para el propio precio que encontrará el cliente en los concesionarios y para la propia dinámica de los coches eléctricos, los cuales serán menos pesados.
Recordemos que Ford ya instala un paquete de baterías de lo más generoso sobre su modelo eléctrico más grande, la Ford F-150 Lightning, una pick-up eléctrica con una capacidad total de más de 130 kWh, en su versión de “Rango Extendido”. Esto le proporciona una autonomía de alrededor de 500 kilómetros. Al parecer y tomando en clave las palabras de Jim Farley, este será su tope en cuanto a tamaño de batería para sus coches eléctricos.
