Toyota anuncia una asociación que parecía imposible hace unos años, y a la que hoy le obliga el coche eléctrico

Los japoneses siempre han defendido una postura industrial muy particular. Toyota sigue apostando por la variedad y por ofrecer cada producto en el mercado correspondiente.

Toyota se ha buscado socios de lujo en China, entre ellos Xiaomi y Huawei.
Toyota se ha buscado socios de lujo en China, entre ellos Xiaomi y Huawei.
12/06/2025 14:30
Actualizado a 13/06/2025 12:16

El mercado cambia rápidamente y las palabras se las lleva el viento. Quienes más apostaban por el coche eléctrico hoy parecen rehuir de él. En cambio, quienes aseguraban una estrategia más pausada hoy aceleran sus proyectos eléctricos. ¿Qué ha pasado? La situación del mercado impide a las marcas trabajar de forma global. La especificidad implica que las marcas tienen que ofrecer productos concretos en mercados concretos. En China mandan los coches eléctricos y, por lo tanto, las marcas se centran en ellos, incluyendo la compañía más criticada del mundo; Toyota. Los japoneses han sido duramente atacados por no tomarse lo suficientemente en serio la nueva era de la movilidad.

En Europa y en gran parte del mundo triunfan con sus híbridos fiables, económicos y funcionales. Las listas de ventas mensuales demuestran que Toyota estaba en lo cierto al apostar por los sistemas híbridos. En el Viejo Continente cada vez son más los modelos 100% eléctricos firmados por los japoneses, pero no todos están disponibles en todos los mercados. Por ejemplo, en España, no podremos disfrutar (al menos por ahora) de las nuevas incorporaciones. Los Toyota C-HR+ y Toyota Urban Cruiser no estarán a la venta en España porque sencillamente no les compensa. La cuota de mercado es inferior al 7%. Cuando la demanda crezca, los japoneses traerán sus productos a nuestro país.

Toyota China
Toyota ha ampliado rápidamente la oferta de coches eléctricos en China gracias a las colaboraciones.

Sistemas operativos, conectividad con dispositivos y asistentes a la conducción

En China la situación es totalmente diferente. Como ya hemos dicho, el coche eléctrico manda y para recuperar el terreno perdido con respecto a compañías rivales, Toyota acaba de anunciar varios acuerdos de consideración. Los japoneses parecen vivir un momento dulce con el mercado chino. Su última incorporación, el Toyota bZ5 ha llamado la atención de miles de clientes. Cuesta 16.000 euros al cambio, tiene 630 kilómetros de autonomía y cuenta con la tecnología de BYD. Toyota cree haber encontrado la fórmula más barata que le garantiza el éxito. Las leyes chinas impiden a fabricantes extranjeros operar en el país de forma independiente (a excepción de Tesla). Siempre son necesarios los acuerdos.

A su ya de por sí extensa cartera de socios, Toyota acaba de sumar tres más. Tres importantes acuerdos podemos decir. Dos de ellos son compañías tecnológicas que también están presentes en el mercado automovilístico; Huawei y Xiaomi. Ambas han captado la atención de todo el mundo con sus coches. Huawei siempre trabaja mediante asociaciones con diversos fabricantes. Xiaomi, como seguro que ya sabrás, diseña, desarrolla y fabrica sus propios coches. Toyota trabajará con Xiaomi para mejorar la integración del ecosistema entre dispositivos e IA (Inteligencia Artificial). El acuerdo con Huawei es similar. Toyota quiere aprovechar el sistema operativo HarmonyOS 5.0 en sus próximos vehículos.

Toyota bZ Interior China
Toyota trabajará con empresas tecnológicas para reducir los tiempos y los costes de desarrollo.

De esta forma los japoneses no se tienen que preocupar por desarrollar un sistema operativo propio para China. Además, Huawei y Toyota han anunciado el desarrollo de un nuevo asistente de voz con IA. Por último, la colaboración con Momenta para la integración de sistemas de conducción avanzada. Los futuros lanzamientos de la marca contarán con un amplio despliegue de asistentes a la conducción. Hasta 50 funciones completamente nuevas. Basado en un "modelo de percepción y toma de decisiones", el sistema está diseñado para comprender entornos de conducción complejos, admitir entradas de voz y gestos, y permitir comportamientos predictivos basados ​​en datos de simulación.