En las últimas semanas, Tesla ha pasado de mantener un prestigio y una imagen de marca, reconocida por liderar la revolución de los vehículos eléctricos como referente mundial, a enfrentarse a una caída notable en sus volúmenes de ventas, propiciada por la esperpéntica actitud de su CEO, Elon Musk. Acompañando a este declive en el mercado y a un retroceso en el valor de sus acciones, también se están haciendo comunes las protestas contra la marca en Estados Unidos y Europa.
Esos altercados llegan ahora también a España en forma de vandalismos y sabotajes similares a los ocurridos en concesionarios de Tesla en Las Vegas y Kansas City y que, según publica el Washington Times, han llevado al FBI a iniciar una investigación sobre terrorismo.
El vandalismo contra Tesla llega a España
Tesla se encuentra en el centro de una polémica tras una serie de actos vandálicos. Lo que comenzó con incidentes aislados en Estados Unidos ha evolucionado hasta convertirse en una campaña de agresiones que ahora también se extiende por Europa. Tras el incendio de cuatro vehículos en Berlín, en Barcelona, un Tesla blanco apareció con el mensaje “FUCK ELON” pintado en su lateral, un suceso que ha generado un intenso debate en diversos sectores políticos.
Se trata de un Model Y con matrícula española, cuya imagen circula por las redes. En este caso, los vándalos usaron spray para plasmar en el lateral izquierdo el mensaje dirigido al fundador de Tesla.
Aunque algunos puedan discrepar de las ideas de Musk, es importante recordar que los propietarios de estos coches los eligen por distintas razones, no únicamente por apoyar la figura del empresario. De hecho, muchos compradores optan por Tesla sin conocer a fondo a su dueño, valorando sobre todo la innovación y el compromiso con la movilidad sostenible.
Los actos de vandalismo, que también han afectado a concesionarios en otros países, parecen ser utilizados como pretexto para generar miedo en potenciales compradores. Sin embargo, da igual si se trata de un Tesla o de otra marca: da lo mismo la causa, pues lo esencial es que cada persona pueda decidir libremente qué vehículo adquirir sin que la violencia interfiera.
En EE.UU. se acusa a los vándalos de “terroristas”
Elon Musk dirige el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) junto al presidente Donald Trump y ha sido protagonista de varias actuaciones polémicas, tanto en persona como a través de las redes. Como respuesta, ciertos sectores extremistas han acometido una campaña de actos de vandalismo contra concesionarios y vehículos Tesla.
En ciudades estadounidenses como Nueva York, California y Massachusetts, se han registrado desde pintadas ofensivas y daños en vehículos, como en Dedham, donde dos Cybertrucks y un Model S presentaron neumáticos dañados y grafitis, hasta incendios en Seattle, que destruyeron cuatro modelos Tesla, y ataques en North Charleston, Carolina del Sur, contra estaciones de carga con cócteles molotov y mensajes vinculados a la situación en Ucrania.
Los incidentes han sido atribuidos a grupos y activistas de ideologías radicales. En Colorado, por ejemplo, se detuvo a una mujer que lanzó bombas molotov contra un concesionario, dejando mensajes como “autos nazis”. En Florida, 34 Cybertrucks sufrieron daños con mensajes similares al de Barcelona, mientras que en Berlín se registró el incendio de cuatro vehículos Tesla, lo que demuestra que este tipo de actos ha alcanzado una dimensión internacional.
Ante este panorama, el Gobierno de Estados Unidos ha comenzado a actuar enérgicamente contra lo que se ha calificado como “terrorismo nacional”. La fiscal general Pam Bondi declaró que estos ataques se tratarán con todo el rigor de la ley, y el Departamento de Justicia ya ha imputado a varios sospechosos, quienes podrían enfrentar penas mínimas de cinco años de prisión. “Continuaremos las investigaciones y aplicaremos sanciones severas a quienes coordinen o financien estos delitos”, afirmó Bondi, haciendo eco de las acusaciones de Elon Musk acerca de la posible implicación de fuerzas progresistas financiadas por ActBlue.
El FBI en Las Vegas también investiga estos hechos como posibles actos de terrorismo federal. El agente especial Spencer Evans advirtió que quienes consideren justificable este tipo de acciones deben saber que se trata de delitos federales y que la ley se aplicará con todo su rigor.