La motocicleta eléctrica Ichiban surgió como respuesta a la necesidad de ofrecer soluciones de transporte urbano ágiles y limpias y, en este caso, con un guiño a los comic manga. Nacida del esfuerzo de un equipo multidisciplinario formado por ingenieros, diseñadores y expertos en tecnología eléctrica, la marca Ichiban se ha propuesto revolucionar el segmento de las dos ruedas con un vehículo que conjuga innovación, estilo, eficiencia y un toque de ciencia ficción.
El proyecto Ichiban inició sus andanzas a principios de la última década. Durante sus primeras etapas, el equipo se centró en identificar tecnologías punteras en baterías y sistemas de gestión de energía, así como en materiales ultraligeros que permitieran optimizar la autonomía y el manejo.

Del cómic manga a la realidad
La moto eléctrica inspirada en Akira está más cerca de lo que muchos imaginaban. La firma japonesa Ichiban ha presentado un prototipo que hace realidad el sueño de los fans del manga, al recrear las líneas de la icónica máquina dibujada por Katsuhiro Otomo en 1982. Este proyecto, que parecía destinado únicamente a las viñetas de la legendaria obra, se perfila hoy como uno de los conceptos más atractivos dentro del creciente mundo de los vehículos eléctricos.
Este concepto desarrollado en colaboración con Yamaha y Netflix, apuesta por una propuesta innovadora y arriesgada. Según informa New Atlas, ha sido retocado por el diseñador industrial ucraniano Ivan Zhurba, quien ha conseguido equilibrar la esencia cyberpunk de la propuesta con la viabilidad técnica que exige el mercado actual. El resultado es una moto que mantiene esa estética futurista y minimalista, inspirada en la filosofía Zen “Kanso”, una expresión que significa "simplicidad" o "pureza" y que forma parte de los siete fundamentos del wabi-sabi.

Las especificaciones técnicas de esta moto no dejan indiferente a nadie. Dispone de un sistema de doble motor de 5 kW que permite acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 3,5 segundos. Además, incorpora el “modo Godzilla”, que mantiene esta velocidad durante 10 segundos, ofreciendo una experiencia de conducción emocionante.

En esta fase, el vehículo se prepara para incorporar sistemas de ABS y control de tracción, lo que garantiza una conducción segura en todas las condiciones meteorológicas. Con una sola carga, la autonomía se sitúa en 250 kilómetros, y la batería recupera el 70% de su carga en aproximadamente 30 minutos.

Dos bloques de paneles grisáceos ocultan los motores, mientras que la carrocería y el asiento se definen a través de formas geométricas. Detalles en rojo, aplicados en la parte delantera y en el asiento, hacen un sutil guiño a Akira. Las ruedas, completamente negras, lucen tapacubos sólidos en sustitución de los tradicionales radios, lo que aporta una imagen depurada y moderna.

Entre sus detalles futuristas destacan un faro LED frontal con forma de píldora y luces traseras dispuestas en tiras lineales. El tablero digital sigue la línea del diseño minimalista. Una pantalla compacta pero nítida muestra gráficos animados inspirados en los videojuegos de los años 80, utilizando proyecciones en verde neón que facilitan la lectura de la información de conducción, mientras que el panel de instrumentos minimalista muestra sus datos con animaciones en verde neón, evocando a las máquinas arcade de los años 80.
Actualmente, este ambicioso proyecto, liderado por el diseñador industrial Ivan Zhurba, se encuentra en fase de prototipado y pruebas, marcando un paso decisivo hacia una nueva era en la movilidad eléctrica.