A partir del próximo año todos los puntos de carga de particulares financiados con fondos públicos en Reino Unido deberán usar tecnología inteligente, esto es, inteligencia artificial o IoT (Internet de las Cosas, por sus siglas en inglés). La medida, según el anuncio del Gobierno británico, conlleva que los puntos de carga deberán ofrecer la opción de ser controlados en remoto y ser capaces de recibir, interpretar y reaccionar a las señales de sus consumidores.
Para el Ejecutivo, la medida sirve además para medir las capacidades de la red inteligente del país. Además, explica que beneficiará a los usuarios ya que se mantendrá más bajo el coste de la electricidad para fomentar su consumo durante las horas que registren los mayores niveles de clientes conectados.
El ministro de Carreteras, Jesse Norman, afirma que el Gobierno ya apoyado la instalación de más de 100.000 puntos de carga en el hogar. Asimismo, considera un "éxito" el plan de homologación de vehículos eléctricos británicos, que cuenta con más de 60.000 subvenciones hasta la fecha, según el comunicado emitido.
Reino Unido ofrece hasta 500 libras –unos 556 euros– por la instalación de puntos de carga para vehículos eléctricos tanto en los hogares como en los lugares de trabajo. El plan, que funciona desde 2014, está dando sus frutos: según datos de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) Reino Unido es el cuarto país europeo con mayor número de puntos de carga (14.256), un 12,2% del total de puntos que componen la infraestructura de carga en Europa.
