España lidera la revolución de la seguridad vial con la implantación obligatoria de la baliza V16 conectada

Analizamos la baliza luminosa conectada V16 que sustituirá el tradicional triángulo de emergencia el próximo 1 de enero de 2026. Un hito en la digitalización de la seguridad de la movilidad.

La baliza luminosa conectada V16 supone un paso crucial en la digitalización de la seguridad vial.
La baliza luminosa conectada V16 supone un paso crucial en la digitalización de la seguridad vial.
01/07/2025 14:32
Actualizado a 01/07/2025 14:32

España será el primer país de la Unión Europea en sustituir de forma obligatoria el tradicional triángulo de emergencia por una baliza luminosa conectada, conocida como V16. Esta nueva normativa representa un hito, tanto desde el punto de vista de la seguridad vial como de la digitalización de la movilidad, e implica una modernización sin precedentes de los protocolos de señalización en caso de avería o accidente en carretera.

Desde 2021, estas balizas están autorizadas como alternativa al triángulo, pero solo las que incorporan conectividad y geolocalización serán válidas a partir del 1 de enero de 2026. El cambio no es solo normativo: es tecnológico y estructural. Marca un antes y un después en la forma en la que los conductores, los servicios de emergencia y la infraestructura vial interactúan ante una incidencia en carretera.

Seguridad inmediata sin necesidad de salir del vehículo

El principal objetivo de esta medida es eliminar el riesgo que supone abandonar el vehículo para colocar los triángulos, especialmente en vías rápidas o de alta ocupación. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), sólo en el año 2024, fallecieron 52 peatones atropellados en autopistas y autovías, presentando además una tendencia claramente positiva los 10 últimos años.

La baliza V16 se activa manualmente desde el interior del vehículo y se coloca sobre el techo, donde emite una luz intermitente de alta intensidad visible en 360 grados y a más de un kilómetro de distancia, incluso con niebla o lluvia intensa. La gran ventaja es que no requiere que el conductor baje del vehículo, evitando su exposición al tráfico y reduciendo drásticamente el riesgo de atropello.

Además, a diferencia del triángulo, que muchas veces no llega a colocarse correctamente o en el lugar adecuado por miedo o desconocimiento, la baliza V16 proporciona una señalización inmediata, automática y eficaz que cumple con los requisitos técnicos fijados por la normativa española y europea.

Un ecosistema digital en tiempo real: V16 + DGT 3.0

A partir de 2026, todas las balizas deberán estar conectadas a la plataforma DGT 3.0, el sistema digital desarrollado por la DGT que gestiona y distribuye datos en tiempo real sobre el estado de las vías. Cuando un conductor activa una baliza V16 conectada, esta envía de forma automática y anónima la ubicación exacta del vehículo inmovilizado, lo que permite activar alertas inmediatas a través de múltiples canales.

Esta geolocalización no solo facilita una respuesta más rápida por parte de los servicios de emergencia y auxilio en carretera, sino que también activa señales de advertencia en los siguientes soportes:

  • Aplicaciones de navegación como Google Maps o Waze, que informan en tiempo real a los conductores que se aproximan.
  • Paneles de mensaje variable instalados en las carreteras, que advierten sobre el obstáculo o la presencia de un vehículo detenido.
  • Centros de gestión de tráfico y servicios de emergencia, que pueden actuar con mayor rapidez y mejor coordinación.

La incorporación de este sistema representa un ejemplo práctico de cómo la movilidad conectada puede salvar vidas, mejorar la gestión del tráfico y reducir el número de accidentes secundarios provocados por la falta de visibilidad o reacción.

Una innovación desarrollada en España con impacto europeo

La primera baliza V16 fue desarrollada en España hace ya algunos años, como una respuesta al problema creciente de los atropellos por colocación de triángulos. Esta solución tecnológica de origen nacional fue el punto de partida para un cambio normativo de gran calado que hoy posiciona a España como líder europeo en innovación aplicada a la seguridad vial.

La plataforma DGT 3.0, diseñada y gestionada desde el Ministerio del Interior a través de la Dirección General de Tráfico, complementa esta innovación con una infraestructura digital avanzada que permite la interoperabilidad de datos entre vehículos, dispositivos, infraestructuras y servicios de emergencia. Esta apuesta por la conectividad vial ha despertado el interés de varios países europeos, que estudian con atención el modelo español como posible estándar para el futuro.

España se convierte así no solo en el primer país en aplicar esta medida, sino también en un referente en políticas públicas que integran tecnología, movilidad y seguridad. El modelo combina elementos clave de la transformación digital: conectividad segura, transmisión de datos en tiempo real, geolocalización y automatización de procesos críticos.

Reducción de tiempos de respuesta y mejora de la asistencia

Uno de los beneficios más destacados del nuevo sistema es la reducción del tiempo de respuesta por parte de los servicios de emergencia y asistencia. Al conocer de forma inmediata y precisa el lugar del incidente, se evita la pérdida de minutos cruciales en la localización del vehículo detenido, lo que mejora la eficiencia operativa y aumenta las posibilidades de actuación segura para todos los implicados.

Además, el aviso simultáneo a otros conductores reduce la probabilidad de colisiones por alcance, especialmente en condiciones de baja visibilidad, de noche o en tramos con poca iluminación. Esta tecnología, sumada a una normativa clara, convierte la gestión de emergencias en carretera en un proceso mucho más rápido, eficiente y seguro.

Un paso firme hacia la movilidad del futuro

La implantación obligatoria de la baliza V16 conectada no solo elimina un elemento obsoleto como el triángulo de emergencia, sino que introduce una tecnología orientada a la prevención, la eficiencia y la protección de vidas. Su integración en el ecosistema digital de la DGT 3.0 convierte cada incidente en una fuente de información útil para anticipar riesgos, mejorar la respuesta institucional y advertir en tiempo real al resto de conductores.

España demuestra con esta medida que la innovación puede y debe aplicarse a la seguridad vial, y que las decisiones tecnológicas bien diseñadas tienen un impacto directo y medible sobre la vida de las personas. La movilidad conectada deja de ser un concepto abstracto para materializarse en un dispositivo accesible, visible y eficaz, que anticipa el modelo de movilidad del futuro: inteligente, colaborativo y centro en la seguridad.