Desde su fundación en 1927, Volvo ha construido su reputación sobre un principio fundamental: la seguridad. La marca sueca ha sido pionera en el desarrollo de innovaciones que han transformado la industria automovilística, con un firme compromiso por proteger tanto a los ocupantes de sus vehículos como a los peatones. En 1959, Volvo revolucionó el sector al introducir el cinturón de seguridad de tres puntos, una invención que ha salvado millones de vidas y que, en un gesto de responsabilidad, la compañía decidió no patentar para que pudiera ser utilizada por otros fabricantes.
A lo largo de los años, la marca ha seguido liderando la seguridad vial con tecnologías como la protección contra impactos laterales (SIPS), el sistema de protección contra latigazos cervicales (WHIPS) y, más recientemente, sistemas de conducción asistida y prevención de accidentes que emplean inteligencia artificial y sensores avanzados.
El nuevo Volvo ES90 contra un EX90 eléctrico
Tras 65 años del legado del cinturón de seguridad de tres puntos y muchos cambios en la compañía, incluida la propiedad de la marca, Volvo mantiene un firme compromiso con la excelencia en seguridad pasiva y, en las últimas décadas, ha integrado de forma destacada avanzadas asistencias a la conducción para potenciar la seguridad activa.
Recientemente, el Car Safety Centre de Gotemburgo ha divulgado registros de las pruebas privadas realizadas a la berlina eléctrica ES90, presentada a inicios de mes. En estos ensayos, el ES90 fue sometido a una colisión frontal en condiciones realistas, enfrentándose a un impacto el buque insignia de la marca, que también acaba de llegar al mercado, el EX90.
Para recrear una situación lo más cercana a la realidad, ambos modelos fueron impactados con un offset del 50% en un choque frontal, simulando, por ejemplo, una salida de carril, y alcanzaron una velocidad final de 64 km/h.
Según explica la ingeniera Åsa Haglund, Volvo se rige por criterios autoimpuestos que exigen mantener una jaula de seguridad sin deformaciones, el correcto despliegue de los airbags y la desconexión casi instantánea de la batería tras el choque. Esta última medida es fundamental para proteger tanto a los ocupantes del vehículo como a los equipos de rescate, quienes pueden intervenir de forma segura cuando el vehículo queda sin energía.
Los resultados de estas pruebas se muestran en un vídeo en el que se demuestra la robustez y el diseño inteligente de cada modelo, sin que se pierda de vista que ambos comparten estándares de protección que elevan la seguridad en cada situación.
Más allá de la innovación tecnológica, la filosofía de Volvo pone siempre a las personas en el centro de su diseño. Su ambicioso objetivo "Cero Víctimas" busca eliminar completamente las muertes y lesiones graves en sus vehículos, apostando por la combinación de estructuras reforzadas, materiales de alta resistencia y tecnología predictiva.
Los modelos más recientes incorporan sistemas de frenado automático, detección de peatones y ciclistas, así como limitadores de velocidad inteligentes que ayudan a evitar accidentes. Además, Volvo se ha comprometido con la seguridad también en una nueva etapa para la industria, con los coches eléctricos y autónomos como las tecnologías más importantes en desarrollo.