Desde los albores del automóvil, el pedal del acelerador ha experimentado una notable transformación. En los primeros vehículos, como el Ford Model T, la aceleración se controlaba mediante palancas manuales situadas en la columna de dirección. No fue hasta alrededor de 1916 que modelos como el Cadillac Type 53 introdujeron la disposición moderna: pedal del acelerador a la derecha, freno en el centro y embrague en la izquierda, un esquema que se consolidó rápidamente por su ergonomía y seguridad.
A partir de la década de 1980, la unión física mediante cable pasó a otro estadio con la llegada del sistema “drive-by-wire” o acelerador electrónico. Este sustituye el cable por sensores y controladores lo que permite una respuesta más precisa, integración con sistemas de control de crucero, estabilidad y eficiencia energética sin que el conductor apenas note la diferencia.

El coche eléctrico redefine de nuevo el pedal del acelerador
En la era del vehículo eléctrico, el acelerador ha evolucionado aún más allá. Ahora no solo regula la velocidad, sino que también activa el frenado regenerativo al levantar el pie, devolviendo energía a la batería. Incluso va más allá. Se trata de un control electrónico mediante el cual el pedal actúa como interfaz entre el conductor y el sistema eléctrico del coche, gestionando la aceleración, la desaceleración y la recuperación energética e incluso la detención total del vehículo
Este avance ha mejorado la eficiencia, prolongado la vida útil de los frenos y simplificado la experiencia de conducción urbana, consolidándose como un elemento clave en la movilidad eléctrica moderna
Denominado ‘One Pedal Drive’ en algunas marcas o ‘e-Pedal’ en marcas como Nissan, permite desacelerar el vehículo soltando el acelerador. Lejos de un simple sistema de freno motor, habitual en vehículos térmicos, esta tecnología convierte la energía cinética en electricidad y la almacena en la batería. El resultado: mayor eficiencia, mayor autonomía y menor desgaste de los frenos tradicionales
Este tipo de conducción simplifica la experiencia al volante. En entornos urbanos, donde es común acelerar y frenar con frecuencia, el uso de un solo pedal reduce la fatiga del conductor y hace más relajante la conducción. Con práctica, es posible detener el vehículo sin pisar el freno tradicional, lo que prolonga la vida útil de pastillas y discos y reduce los costes de mantenimiento.
Además, al activar la regeneración en el momento preciso, el sistema contribuye a incrementar de forma notable la autonomía del vehículo, algo especialmente útil si se conduce con niveles bajos de carga. Aunque el “One Pedal Drive” no elimina la necesidad del pedal de freno, reduce su uso hasta en un 70% en entorno urbano, según estudios de fabricantes. Esta reducción no solo prolonga la vida útil de los frenos, sino que refuerza la sostenibilidad del vehículo eléctrico.

La tecnología detrás del sistema
El One pedal se aprovecha del acelerador electrónico que ya es común en casi todos los vehículos (diésel, gasolina, híbridos y eléctricos). Este sistema interpreta la posición del pedal, no mediante cables, sino a través de señal eléctrica enviada a la centralita, permitiendo un control preciso y seguro.
En los coches eléctricos, esta información se utiliza para gestionar la polaridad del motor o motores eléctricos, de manera que gira en dirección contraria. Al levantar el pie, el sistema desencadena una resistencia eléctrica inversa al movimiento que convierte en energía parte del impulso cinético, que es el llamado sistema de regeneración de energía.
La integración de esta doble función del acelerador mejora la seguridad y el confort. Al evitar frenazos bruscos, se reduce la posibilidad de accidente, mientras que los componentes mecánicos sufren menos. Asimismo, el sistema educativo para el conductor se vuelve más intuitivo.
Además, la conducción con un solo pedal aumenta el hábito del conductor con los modos ECO y de frenado regenerativo, potenciando la eficiencia y reduciendo el consumo energético.
Lógicamente, y por razones de seguridad, el sistema no sustituye al freno mecánico convencional, que sigue siendo necesario en situaciones extremas como frenadas de emergencia o descensos pronunciados.

Cómo se activa el One Pedal Drive
El software implementado permite ajustar su intensidad. Al levantar el pie del acelerador (cuya posición es más baja que la del freno por razones ergonómicas) se activa una retención progresiva, acompañada a veces por las luces de freno, mejorando la seguridad vial .
Habitualmente, el acceso a la configuración del One Pedal es a través de menú de modos de conducción o Controles del vehículo. Allí puede definirse cómo responde el sistema:
- Activado: el coche desacelera al levantar el pie del acelerador, hasta detenerse. Ideal para ciudad.
- Automático (en ciertos modelos Volvo): ajusta automáticamente la retención según la distancia al vehículo precedente
- Desactivado: conducción tradicional con libertad de inercia.
Para conducir con este sistema es aconsejable realizar pruebas para acostumbrarse a su respuesta. Pisar el acelerador para avanzar, soltar gradualmente para que el vehículo frene de forma suave y recupere energía y levantar del todo el pie para detener el coche sin tocar el freno tradicional.
En algunos modelos es posible modificar la intensidad de frenado regenerativo desde las levas situadas tras el volante, mediante la palanca de cambios, botones en el volante o en los ajustes de pantalla. Esto permite afinar la respuesta según cada estilo de conducción.
El One Pedal no sustituye al pedal de freno en emergencias ni en pendientes muy pronunciadas, por lo que en momentos de alta exigencias con pisa el pedal del freno convencional se obtiene la misma respuesta que de la de un freno mecánico, aunque en una primera fase se active el sistema de regeneración de la frenada.