En Europa, aproximadamente el 20% de los vehículos nuevos vendidos son coches eléctricos. Esto significa que uno de cada cinco coches no utiliza un motor de combustión interna. A medida que el precio de la gasolina sigue aumentando, cada vez más compradores se interesan por los coches eléctricos debido a su promesa de un menos coste de propiedad. Sin embargo, el alto precio de adquisición, a pesar de los programas de ayuda, está obstaculizando su adopción generalizada.
Por esta razón, la introducción de modelos eléctricos económicos, especialmente en la categoría de utilitarios urbanos del segmento B, se ha convertido en un nicho de mercado muy prometedor. Los fabricantes chinos ya han identificado esta oportunidad y están compitiendo en este espacio. Mientras tanto, los fabricantes europeos señalan los desafíos relacionados con los costes de las baterías para lograr precios competitivos en esta categoría de vehículos eléctricos. Pero además de recurrir a modelos procedentes de China, los compradores tienen ahora otra opción.
El mercado de segunda mano
El mercado de los vehículos eléctricos está en constante crecimiento. Aunque a un ritmo pausado, su relevancia aumenta cada vez más. En el año 2023, aproximadamente el 5,4 % de las ventas se corresponden con vehículos eléctricos, y actualmente circulan más de 150.000 por las carreteras españolas.
Con el tiempo, aumentará la oferta de coches eléctricos en el mercado de segunda mano, lo que permitirá elegir entre diversas opciones. Optar por estos vehículos puede ser una solución si el precio de los modelos nuevos supera tu presupuesto o si prefieres contribuir a la reutilización de productos.
Comprar un coche eléctrico: esto es lo importante según la OCU
Para adquirir un vehículo eléctrico de segunda mano es importante verificar aspectos similares a los que se consideran al comprar cualquier otro coche usado: revisar los kilómetros recorridos, si ha pasado las revisiones, el estado de los amortiguadores, los neumáticos y las luces. Pero por el hecho de ser eléctrico, hay otros puntos específicos que se deben tener en cuenta a la hora de evaluar su estado.
La capacidad de la batería
La batería de un automóvil eléctrico es el componente fundamental a la hora de su compra como vehículo nuevo, puesto que, dependiendo del coche, puede representar hasta un 40% de su precio. Pero es crítico a la hora de adquirirlo de segunda mano.
Por lo general, las baterías experimentan cierta degradación, perdiendo capacidad dependiendo del uso y de la forma en la que se recarguen. Muchas recargas rápidas suelen agudizar este problema, mientras que las recargas lentas lo limitan. Por lo general, los fabricantes de coches suelen garantizar las baterías durante un mínimo de 8 años o 160.000 kilómetros. Durante este período, la capacidad de la batería no debería disminuir por debajo del 75% de la capacidad original cuando el automóvil era nuevo.
Esta degradación es importante en función de uso que se le vaya a dar al vehículo. No afecta significativamente si solo se realizan recorridos cortos. Un coche que originalmente tenía una autonomía de 300 kilómetros que ha degradado su batería y solo puede recorrer 200 kilómetros, no será un problema si se emplea para conducir 30 kilómetros diarios. Sin embargo, sí es un problema si se quieren realizar viajes más largos.
Su reemplazo o reparación puede ser extremadamente caro. Dependiendo de su capacidad, puede suponer entre 5.000 y 30.000 euros. Si estás considerando comprar un coche de segunda mano, es recomendable que no haya superado este período de garantía ni haya recorrido más kilómetros de los mencionados. Cuanto más tiempo quede en la garantía, mayor es el margen para que el fabricante cubra cualquier problema y no sea el comprador el que tenga que asumir costes extra.
La autonomía real
La autonomía es un factor crucial al adquirir un coche eléctrico. Las homologaciones que anuncian los fabricantes son solo una aproximación, generalmente muy optimista, de la realidad que ocurre en la carretera. A la homologación oficial hay que restar, además, la degradación mencionada en el apartado anterior.
Para conocer la autonomía real, es posible solicitar una prueba de conducción con la batería completamente cargada. Para que esta sea fiable, es aconsejable realizarla en las condiciones más desfavorables para el coche, recorriendo la máxima cantidad de kilómetros posibles. Por eso, lo mejor es hacerla en una autopista o en una autovía. Es importante configurar el coche de manera que no esté en el modo ECO, con el climatizador activado, con varias personas en su interior y, si es posible, con algo de carga en el maletero y así, de paso, comprobar si ofrece el espacio necesario.
Una vez planificado el recorrido, hay que apuntar el porcentaje de carga al inicio, los kilómetros recorridos durante la prueba y, de nuevo, el porcentaje de carga al terminar. Con estos datos, será posible extrapolar la autonomía mínima en un viaje largo cuando se consuma toda la capacidad.
No olvidar la recarga
Un coche eléctrico de segunda mano puede tener intacta su capacidad de batería y ofrecer todavía una autonomía similar a la que indica el fabricante cuando da los datos de la homologación. Pero no todo acaba ahí. Es importante verificar el sistema de recarga.
Este aspecto es fundamental a la hora de comprobar su estado. Es una operación que se realizará muchas veces y que debe funcionar correctamente. Y debe hacerlo tanto a baja potencia en un cargador doméstico, cuando se realice una recarga vinculada en corriente alterna (entre 3 y 22 kW de potencia). Y también debe hacerlo en corriente continua, en cargadores de alta potencia.
Este proceso puede ser complejo incluso aunque el coche sea nuevo. El fabricante indica en su ficha técnica la máxima potencia a la que es posible recargar, pero no indica habitualmente como es la curva de recarga durante el que es función de la capacidad que se va recuperando y también del propio punto de recarga, que nada tiene que ver con el coche. Este inconveniente se da tanto en coches nuevos como en coches de segunda mano y debe ser idéntico en ambos casos.
Además, es importante revisar que los cables de carga estén incluidos y que no presenten ningún daño.
No todo es capacidad y autonomía en una batería
Si bien la batería es un componente químico que es el más susceptible de fallar, también puede verse afectada por la mecánica. Generalmente se encuentra alojada en los bajos del coche por lo que es importante verificar que estos no han sufrido daños. Un impacto en esa zona podría requerir el reemplazo de toda la batería, lo que implicaría un gasto significativo.
Por eso, y porque estos pueden estar ocultos y no ser perceptibles a simple vista, es recomendable que lo revisen en un taller oficial y obtener del vendedor un certificado de que estén en buen estado.
Otros elementos importantes
No hay que olvidar la revisión de todos los elementos del vehículo tal y como se realizaría en un coche propulsado por otra tecnología. Además, puede ser de mucha utilidad consultar la encuesta de fiabilidad y satisfacción de la OCU en la que se ha consultado a cerca de 30.000 conductores sobre su experiencia con sus vehículos, lo que ha permitido elaborar una clasificación de las marcas más fiables y una lista de las averías más frecuentes, entre otros aspectos relevantes.
Los coches eléctricos que se pueden encontrar en el mercado
Según la OCU, estos son los coches eléctricos que más se han vendido:
Más de 8 años:
- Nissan Leaf.
- Renault Zoe.
- Citroën C-Zero.
- BMW i3.
- Smart ForTwo.
Entre 4 y 8 años:
- Renault Zoe.
- Nissan Leaf.
- Hyundai Kona.
- Tesla Model 3.
- Smart ForTwo.
Menos de 4 años:
- Tesla Model 3.
- Tesla Model Y.
- Fiat 500.
- Kia Niro.
- Dacia Spring.
