Los vehículos eléctricos están intrínsecamente relacionados con algunos elementos químicos como el litio, el cobalto, el níquel o el manganeso, además del grafito. Se utilizan en el cátodo y el ánodo de las baterías, así que sin ellos no podría funcionar un coche eléctrico. Más recientemente, el sodio también está empezando a desplegar su potencial para coches eléctricos muy económicos. Sin embargo, hay otro metal cuya demanda está relacionada con los vehículos eléctricos: el paladio.
El paladio, un metal escaso y muy caro
El paladio es un elemento químico de número atómico 46, situado en el grupo 10 de la tabla periódica, que pertenece al grupo del platino junto con el rodio, el rutenio, el iridio y el osmio, elementos que comparten propiedades químicas similares.
Es un metal que se presenta en color blanco grisáceo y brillante, una apariencia llamativa que hace aumentar su deseo y emplearlo en joyería. Además es muy raro y escaso, por tanto también es carísimo.

El paladio cotiza a unos 947 euros la onza, que equivale a unos 30.500 euros el kilo. Es algo más caro que el platino, aunque no tanto como el oro, que cotiza a unos 60.000 euros el kilo en el momento de publicar este artículo.
Suele extraerse como un subproducto del platino en Sudáfrica y como subproducto del cobre y níquel en Rusia, que es el mayor productor de paladio del mundo. De hecho, una sola empresa rusa (Nornickel) extrae el 40% del paladio del mundo.
¿Para qué se utiliza?
Al margen de sus cualidades a primera vista y de su atractivo visual, el paladio tiene otras propiedades que le hacen muy útil para hacer aleaciones dentales, pero su principal aplicación está en la industria automovilística y, concretamente, para los convertidores catalíticos (catalizadores) de los vehículos con motor de combustión.

El paladio sirve de catalizador para convertir los hidrocarburos de los gases de escape del motor, como el monóxido de carbono y el óxido de nitrógeno, en moléculas menos nocivas como agua, dióxido de carbono y nitrógeno. Es decir, el paladio es un material fundamental para que los coches con motor de combustión interna contaminen menos.
El papel del coche eléctrico en la demanda de paladio
El uso de paladio en convertidores catalíticos representa actualmente el 80% de la demanda mundial de este metal. Con este dato sobre la mesa, es lógico deducir que la transición hacia el vehículo eléctrico, que no necesita catalizadores, tiene el potencial de reducir enormemente la demanda de paladio.
El mercado mundial del paladio mueve alrededor de 25.700 millones de dólares anuales, de los cuales casi 21.000 millones corresponden al mercado de catalizadores para vehículos. El año pasado se produjeron unas 260 toneladas de paladio, con Rusia, Sudáfrica y Canadá como principales productores.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las ventas mundiales de vehículos eléctricos alcanzarán los 28 millones de unidades en 2030, lo que representa una cuota de mercado del 30%. Esto supondría un crecimiento medio anual del 25% en el período 2023-2030.

La AIE también estima que las ventas mundiales de vehículos con motor de combustión interna se reducirán de 80 millones en 2023 a 40 millones en 2030. Esto supondría un descenso medio anual del 10% en el período 2023-2030. Con este descenso, se estima que la demanda de paladio para catalizadores en 2030 caerá un 40% en comparación con la demanda actual.
Cabe recordar que no son circunstancias puntuales en Europa, sino a nivel mundial. En China, el mayor mercado automovilístico mundial, los coches eléctricos crecen a un ritmo todavía mayor que en la Unión Europea. A falta de conocer el recuento oficial, se espera que el mercado chino contabilice alrededor de 9,4 millones de vehículos de nueva energía en 2023, un aumento notable con respecto a los 6,9 millones en 2022, según la Asociación China de Fabricantes de Automóviles. Los eléctricos puros ya son el 25% de todos los coches vendidos en China y la previsión es que esa cuota siga aumentando en detrimento de los coches de gasolina.