Puede que muchos piensen que los aranceles que Donald Trump ha impuesto en Norteamérica a todos los productos extranjeros es algo beneficioso para los fabricantes de coches estadounidenses, pero lo cierto es que marcas como Ford ya han dicho que van a tener pérdidas de beneficios durante la temporada 2025.
En el comunicado sobre previsiones anuales, Ford aseguró que las nuevas tasas de importación le van a costar a la firma norteamericana en torno a 1.500 millones de dólares, antes de impuestos. Y eso que la marca ha conseguido cambiar de estrategia para ahorrarse otros 1.000 millones de dólares en pérdidas, después de trasladar vehículos de México a Canadá haciendo uso de empresas de transporte de mercancías.
Tener origen nortamericano no salva a nadie de las pérdidas

Es decir, que han recurrido a transportistas autorizados por la aduana para cruzar fronteras internacionales, que mediante fianza aduanera pueden entrar en Estados Unidos sin que los productos que llevan estén afectados por los aranceles u otro pago de tasas, tal y como ha informado Reuters.
Además de lo anterior, también se paralizaron las exportaciones a China, que está en plena guerra comercial y le devolvió unos aranceles del 125% a Norteamérica, aunque sí que se mantiene el envío a Australia, Sudamérica y cualquier otro territorio en el que haya relaciones comerciales más favorables que para el resto.
Recordemos que Donald Trump decidió aplicar unos aranceles extra del 25% a todos los vehículos y piezas de coches llegadas de países extranjeros, pero está abierto a negociaciones y hay territorios que lo tienen más fácil que China o a la Unión Europea, a los que el propio Trump ha tachado de enemigos comerciales.

Así las cosas, toca hablar de unas pérdidas de beneficios para Ford debido a que en realidad la presencia de la marca en su país de origen no es realmente alta, pues sus modelos de coches más vendidos se fabrican fuera, bastantes en Europa, y el Ford Mustang es el único que sigue construyéndose en suelo norteamericano al completo.
Además, dependen de piezas que también se producen en el extranjero, afectadas por los aranceles como decíamos, y esto no ha hecho nada más que empezar, porque hay otros factores negativos como las represalias que puedan llegar a futuro por parte de otros países, y la incertidumbre de las ayudas a la compra de coches eléctricos en EEUU y de la política de emisiones que seguirá finalmente Donald Trump.