Ahora que el calor se empieza a disipar y comienzan a llegar los días más fríos, hay algo que hay que recordar: los climas extremos no le hacen ningún bien a los coches eléctricos. Ya sabemos que el frío es directamente perjudicial para estos, pero ¿y el calor? Un estudio realizado por Recurrent ha confirmado que puede llegar a ser incluso peor en casos extremos, por lo que, si queremos cuidar la salud de la batería, lo mejor será resguardarlo de las temperaturas excesivas. Particularmente, este informe quiere ayudar a quienes buscan coches eléctricos de segunda mano, para que tengan en cuenta cuáles son las mejores zonas en las que ejecutar dicha búsqueda.
La compañía que realiza este informe se propuso descubrir cuánta autonomía eléctrica tendría un Tesla Model Y utilizado en zonas de clima frío y costero en comparación con aquellas de más calor. Los resultados de dicho estudio han concluido que los vehículos utilizados en climas calurosos obtienen un rango menor de batería que los expuestos a entornos más frescos (que no de frío extremo). Llegaron a la conclusión de que el umbral máximo aceptado para que la batería comience a tener degradación es de alrededor de 30ºC.
El estudio fue realizado en Estados Unidos, entre los estados más al norte y al sur del país. Los del norte, donde predomina el clima fresco, los coches eléctricos testados presentaron un rango eléctrico levemente por encima a los probados en el sur del territorio, donde el clima es significativamente más cálido. La diferencia media entre un entorno u otro era de una pérdida de aproximadamente un 3% en la autonomía media. Para el análisis utilizaron un total de 12.500 unidades de Tesla Model Y.
Para revertir los efectos del calor, el frío o de climas adversos, desde Recurrent aconsejan contar con garajes bien aislados o aparcar el vehículo eléctrico por lo general bajo sombra. No obstante, si no existe alternativa al aparcamiento en la calle ante temperaturas especialmente elevadas, el consejo es hacerlo cuando la batería esté a media carga, ya que esto supondrá un menor perjuicio.
El estudio también hace hincapié en el hecho de que las nuevas baterías de química LFP son más resistentes a las temperaturas extremas, especialmente a las calurosas. También aconsejan, a la hora de comprar un coche eléctrico, asegurarse de que cuenta con un sistema de gestión térmica activo o un limitador de carga para cuando la batería alcance altas temperaturas.
Precisamente por la incidencia de las temperarturas en las baterías, la práctica totalidad de compañías realizan las pruebas de sus coches eléctricos en desarrollo sobre climas de todo tipo, especialmente extremos, tanto de frío como de calor. Recientemente se pudo ver este tipo de pruebas sobre el Rolls-Royce Spectre durante su etapa de puesta a punto antes de salir al mercado.
