Radares de tecnología punta: cuestan 80.000 € cada uno, pero son capaces de medir la velocidad a más de 1 km de distancia y hacer 3 fotos cada segundo

Los radares pistola pueden usarse a mano o en trípode, tan solo pesan 1,6 kg, tienen un alcance enorme y cuentan con conexión a internet.

radar pistola
Uno de los radares que ha estrenado la policía de La Unión (Murcia).
18/12/2025 10:00
Actualizado a 18/12/2025 10:00

Los radares son un elemento sin el que ya no se conciben las carreteras españolas, pero desde el radar fijo original la tecnología ha evolucionado mucho, hasta llegar a los llamados radares pistola, que llevan el control de velocidad a un nuevo nivel.

Hasta ahora, la vigilancia de los límites de velocidad se llevaba a cabo principalmente mediante cinemómetros fijos, de tramo o móviles instalados en vehículos, pero estos nuevos dispositivos son portátiles, mucho más versátiles y son mucho más difíciles de detectar. Como se pueden llevar a mano, es fácil colocarlos en cualquier sitio y variar su posición, lo que minimiza las posibilidades que tienen los conductores de dar el chivatazo al resto utilizando aplicaciones específicas para ello o navegadores.

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La Policía Local de La Unión incorpora un nuevo radar de control de velocidad, una herramienta más dentro de la importante inversión que el Gobierno Regional está realizando en nuestra localidad. A esta incorporación se suman los nuevos vehículos policiales, las cámaras de videovigilancia y otras mejoras tecnológicas que están reforzando la seguridad en nuestras calles. 🔵 Pedimos a todos los vecinos y vecinas máxima precaución al volante. Respetar los límites de velocidad es esencial para prevenir accidentes y garantizar una convivencia segura. Seguimos trabajando por una La Unión más segura. #launionavanza

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Solo 1,6 kg de peso

El modelo más avanzado que está utilizando en España es el TruCam II, un cinemómetro portátil de última generación que destaca por su capacidad para medir la velocidad de un vehículo a distancias de hasta 1,2 km, lo que supone ampliar el área de acción típica de los radares tradicionales de manera importante.

Esto tiene un precio, con estos equipos pudiendo costar entre 70.000 y 80.000 euros por unidad. Esto se compensa por sus características, que hacen que sean especialmente útiles para los equipos de seguridad: son relativamente ligeros, pesan aproximadamente 1,6 kg, y pueden usarse de diferentes maneras, tanto en modo pistola, apuntando directamente al vehículo desde la mano del agente, como montados en trípode u otros soportes fijos o móviles. Además, pueden operar durante hasta ocho horas con baterías intercambiables, lo que les otorga autonomía suficiente para largas jornadas de control sin necesidad de recarga frecuente. Esta flexibilidad permite adaptarlos a diferentes entornos, desde tramos urbanos hasta carreteras interurbanas con alta siniestralidad, lo que potencia su versatilidad.

Gran parte del coste del radar se justifica por la tecnología de la que dispone. Su funcionamiento se basa en un sistema de tecnología láser y de cámara avanzada que no solo mide la velocidad del vehículo, sino que además puede realizar hasta tres fotografías por segundo, identificar la matrícula e incluso enviar la información de la infracción en tiempo real al centro de procesamiento de multas correspondiente. Todo esto consigue que se acelere el procedimiento sancionador, reduciendo el tiempo que pasa entre la detección de la infracción y la notificación al conductor infractor.

Ya los tienen en Murcia

Aunque su presencia en las carreteras españolas viene desde atrás, su despliegue no es muy amplio. Se sabe que la Dirección General de Tráfico (DGT) adquirió recientemente 15 unidades de estos dispositivos, pero han vuelto a ponerse de relevancia porque los cuerpos de policía municipal son los que han empezado a utilizarlos. Ha sido el de La Unión (Murcia), el que recientemente ha publicado vídeos demostrando cómo operan los nuevos equipos con los que se han hecho.

La introducción de estos dispositivos, como es costumbre, ha generado opiniones diversas entre los ciudadanos. Hay quienes valoran su potencial para incrementar la percepción de control y disuasión, ya que al poder cambiar de ubicación fácilmente y operar sin necesidad de soporte fijo, los radares pistola dificultan que los conductores anticipen dónde pueden ser multados.  Pero, por otro, hay quienes consideran que se trata de una inversión excesiva que tiene como objetivo recaudar, cuando se podría dedicar el presupuesto a, por ejemplo, reasfaltar y arreglar las carreteras.