Los elementos de la suspensión (horquilla y amortiguador), en gamas medias-altas, suelen traer diferentes ajustes para personalizar su comportamiento. En ocasiones se permiten uno o dos ajustes pero en otros casos son hasta cinco los parámetros que podemos ‘toquetear’ en un elemento de la suspensión.
Eso está muy bien si sabemos a qué corresponde cada uno y cuál va a ser el efecto que va a producir en nuestra bicicleta. En caso contrario, es muy probable que ‘nos volvamos locos’ y que no seamos capaces de dar con el ajuste idóneo, lo que repercutirá en un funcionamiento de la suspensión descompensado.

¿Cuáles son los parámetros que podemos ajustar?
Son tres: el SAG (o también llamado caída), el rebote y la compresión. Tanto el rebote como la compresión pueden ser, además, reguladas en alta y en baja velocidad, con lo que la cosa, en determinados elementos de suspensión, se puede complicar un poco.
SAG o caída
Nos montamos en una bicicleta y vemos como, por el efecto de nuestro peso, la suspensión se comprime: eso es el SAG o caída. Y es necesario que exista porque se necesita también una extensión de la suspensión si, por ejemplo, vamos rodando y hay un pequeño salto o un rasante que hace que las ruedas quieran ‘despegar’ del suelo: la suspensión, en la medida de lo posible, ha de extenderse. El SAG se mide en % del recorrido total que se puede comprimir un componente.

La mejor manera de medir el SAG es de la siguiente forma: si tenemos horquilla y amortiguador de aire, lo primero sería quitárselo y ver hasta dónde se comprimen al no tener aire. Tenemos que medir ese recorrido: en la horquilla tendrá que coincidir con el recorrido total declarado. En el amortiguador deberá coincidir con el recorrido del vástago que venga en las especificaciones del amortiguador (por ejemplo, un amortiguador de 210x55 significa que tiene, entre ojos de anclaje, 210 mm y que el recorrido del vástago es de 55 mm).

Metemos nuevamente aire y vamos haciendo comprobaciones. Para saber con mayor exactitud el SAG, algunos componentes incorporan unas pequeñas arandelas de goma en una de las barras de la horquilla o en el vástago del amortiguador. De esa manera sabemos lo que se comprime, medimos en milímetros y calculamos el % que se ha comprimido al subirnos encima (ideal es hacerlo ‘vestido de faena’). En caso de componentes que no sean de aire, en las horquillas comrimiremos más o menos con el dial que haya dispuesto para ello y, en caso de un amortiguador de muelle, comprimiendo más o menos el muelle con la arandela correspondiente.

La forma de ajustar este parámetro es algo personal pero, evidentemente, hay siempre un punto de donde partir. Por ejemplo, se dice que, en bicicletas de enfoque Cross Country e incluso Trail para una utilización no muy radical (donde no se necesita una suspensión excesivamente capaz porque no va a circular por zonas muy abruptas), un SAG del orden de 20-25% es adecuado.

Si, por el contrario, tenemos una bicicleta de Allmountain o Enduro y queremos realizar rutas donde exploremos ‘a fondo’ los largos recorridos de suspensión que posee, el SAG es recomendable que esté en un rango de entre el 25 y el 35%.

Hay algunas horquillas que incorporan unas pequeñas tablas donde, según nuestro peso, se nos recomienda una presión para conseguir una SAG idónea. Es una referencia a tener muy en cuenta si no queremos 'complicarnos la vida'. Otros fabricantes, en su páginas web, ofrecen esas tablas en las fichas técnicas de sus productos (tanto de horquillas como de amortiguadores).
Rebote
Digamos que el rebote es la velocidad a la que la suspensión regresa a su posición de partida tras una compresión: es la rapidez a la que se extiende tras comprimirse.

Esa velocidad se regula con un dial (hay componentes muy básicos que no incorporan esa posibilidad) y, por norma, solamente existe un parámetro de rebote, pudiendo hacer que esa velocidad sea más rápida o más lenta.

Y, en componentes de muy alta calidad, se posibilita el ajustar el rebote en lo que se denomina alta y baja velocidad ¿Y eso qué significa? Que podemos regular el rebote en diferentes sentidos.
La alta velocidad es la que proviene de compresiones muy bruscas, es decir, de baches secos o saltos donde la extensión va a ser también muy rápida. Y la baja velocidad viene de compresiones generadas por grandes ondulaciones o de la propia compresión por el pedaleo.

Como norma, se dice que es idóneo un rebote rápido en compresiones de alta velocidad y más lento en los de baja velocidad, aunque, como decíamos, es algo muy personal.
Compresión
Esto es justo lo contrario al rebote. Y también puede ser ajustada en dos sentidos: alta y baja velocidad. El problema es que no todos los componentes que nos encontramos tienen esa opción. En caso de elementos que no sean de aire, este ajuste va a ir ligado al SAG ya que es la única manera que vamos a tener para ajustarlo, ajustando la compresión. En componentes de aire, donde el SAG lo hemos ajustado al introducir más o menos aire (presión), la compresión la regularemos con el dial que exista para ello.

Como con el rebote, hay elementos que permiten regular la compresión en alta y baja velocidad: la primera se refiere a rápidas y bruscas compresiones de la amortiguación (baches fuertes, saltos grandes, pasos por cortados o escalones…). Por su parte, a baja velocidad hace referencia a baches más sosegados u ondulaciones, la compresión de la amortiguación al afrontar una curva o simplemente la que se produce al pedalear, en especial en la horquilla (un buen sistema de suspensión trasero minimizará ese efecto).

Conclusión
Ajustar perfectamente los sistemas de amortiguación no es una tarea sencilla pero, entendiendo un poco los conceptos y con algo de paciencia, es una labor que puede ser incluso divertida.

Recomendamos hacer ajustes muy pequeños partiendo de los que traen de serie las bicicletas ya que, de fábrica, dichos ajustes están enfocados para satisfacer a la mayoría de usuarios.
Lo ideal es conseguir una amortiguación que sea cómoda y suave en zonas no muy exigentes pero que reacciones con celeridad ante situaciones más comprometidas. Y todo ellos mostrando una gran consistencia en su funcionamiento, que no parezca que se va hundiendo a la mínima de cambio.