Las bicicletas eléctricas emplean principalmente dos grandes formatos de motor: los instalados en el buje de una rueda (motor ‘hub’) y los ubicados en el eje de pedalier (motor central o ‘mid‑drive’). Los motores en el buje se pueden montar en la rueda delantera o trasera y destacan por su simplicidad de instalación y coste contenido. Ofrecen una sensación de empuje directo, aunque pueden resultar menos eficientes al afrontar pendientes pronunciadas, pues no aprovechan la transmisión de marchas de la bicicleta. Su mantenimiento es reducido, pero el aumento de peso en el exterior del cuadro puede afectar ligeramente al equilibrio y la manejabilidad, sobre todo en maniobras lentas.
Los motores centrales, situados en el eje del pedalier, se han convertido en referentes para quienes buscan un comportamiento deportivo y una experiencia de pedaleo natural. Al integrarse en el corazón de la transmisión, estos motores aprovechan al máximo cada cambio de marcha, distribuyendo el par motor de forma eficiente según la marcha seleccionada. Su colocación optimiza el reparto de pesos y contribuye a una geometría más equilibrada, algo muy valorado en recorridos técnicos o de larga distancia. Además, algunos diseñadores han incorporado transmisiones por correa en lugar de cadena para reducir ruido y mantenimiento, y sistemas electrónicos de gestión inteligente que regulan automáticamente los niveles de asistencia según el terreno y la cadencia de pedaleo. Este conjunto de cualidades convierte al motor central en la opción predilecta de usuarios exigentes y profesionales del trekking o la montaña.
Nuevo motor súper ligero y eficiente
A esta segunda categoría pertenece precisamente el desarrollado por la reciente alianza entre la multinacional alemana SEG Automotive y la joven start‑up Octagon, que ha dado como fruto el motor central Kreutzer Hypershift.
Un dispositivo que pesa solo 2,5 kg, lo que lo sitúa entre los más ligeros del mercado, y está concebido para integrarse de manera casi imperceptible en el cuadro de la bicicleta. A pesar de su tamaño compacto, entrega hasta 600 W de potencia y una asistencia al pedaleo que puede superar el 400%, facilitando el avance incluso en pendientes pronunciadas o en terrenos irregulares.
En lugar de recurrir a los cambios mecánicos tradicionales, el Kreutzer Hypershift incorpora una transmisión por correa, una solución que minimiza el mantenimiento y asegura un funcionamiento extraordinariamente silencioso y suave, sin los habituales chirridos o desajustes de las cadenas metálicas.
El primer modelo que montará este innovador motor será la bicicleta KRONOS de la firma holandesa VanDijck, cuya llegada al mercado europeo está planificada para el verano de 2025. Concebida como una opción premium, la KRONOS aspira a conquistar a usuarios exigentes que buscan combinar rendimiento, comodidad y una apuesta clara por la sostenibilidad.
La producción del Kreutzer Hypershift se realizará en la planta que SEG Automotive tiene en Treto (Cantabria), reforzando el compromiso de la compañía con la industria europea y la creación de empleo cualificado en España. Con más de 300 millones de motores suministrados en todo el mundo, SEG Automotive da un paso firme para diversificar su oferta más allá del automóvil.
Además, el acuerdo con Octagon incluye el impulso de proyectos de reacondicionamiento de bicicletas eléctricas usadas, una iniciativa alineada con la creciente demanda de soluciones de movilidad circular y respetuosas con el medio ambiente.
Con este movimiento, tanto SEG Automotive como Octagon subrayan su compromiso con una movilidad más limpia, silenciosa y eficiente, situándose a la vanguardia de la revolución eléctrica.