España ha alcanzado el volumen de emisiones de carbono por incendios más elevado registrado desde 2003, en menos de dos semanas. Según Copernicus (CAMS), las concentraciones han superado los 5,5 millones de toneladas de carbono en apenas diez días, frente a la media anual de 1,5 millones registrada en las últimas dos décadas.
Esta escalada se ha producido debido a una intensa oleada de fuego en el noroeste peninsular, que ha calcinado más de 390.000 hectáreas, con Galicia, León, Ourense y Extremadura como los puntos más devastados. Los expertos advierten que los incendios ya han deteriorado con fuerza la calidad del aire, elevando las partículas finas PM2.5 por encima de los límites recomendados por la OMS, extendiéndose hasta 200 kilómetros de distancia.

Las causas de un verano sin precedentes
Lo ocurrido en la primera quincena de agosto no tiene precedentes: la quema de biomasa produjo un pico de emisiones histórico. Según Copernicus y otros informes ambientales, la subida abrupta desde niveles por debajo de la media hasta registros récord en pocos días es la más pronunciada en 23 años.
Las condiciones meteorológicas jugaron un papel determinante. La combinación de una ola de calor extremo, con temperaturas superiores a 40 °C y baja humedad, junto a la proliferación de vegetación seca en zonas abandonadas favorecieron incendios de alta intensidad y rápida propagación, denominados ya como “de sexta generación”.
El humo generado por estos incendios no solo afecta al aire local. Las partículas finas, aunque invisibles, pueden ser letales: irritaciones en ojos y vías respiratorias, fatiga y agravamiento de enfermedades crónicas, especialmente entre personas vulnerables. Se recomienda el uso de mascarillas FFP2 o N95, mantener ventanas cerradas y acudir al médico si persisten síntomas respiratorios.
Mientras tanto, miles de personas fueron evacuadas y miles más desplazadas, con situaciones de emergencia activa en varias provincias. Las autoridades ya plantean declarar zonas afectadas como catástrofe para acelerar los recursos de ayuda y contener los daños.
🚒 Wildfires in Spain 🇪🇸 & Portugal 🇵🇹 have forced evacuations.
— Copernicus EU (@CopernicusEU) August 20, 2025
Spain already hit its highest annual fire emissions on record, while Portugal nears historic highs.
🛰️ #CopernicusEU support the response.#ImageOfTheDay pic.twitter.com/a2XHMMH8ph
Contexto europeo: el peor verano para incendios en décadas
España no está sola en esta crisis. La Unión Europea se enfrenta a la peor temporada de incendios de su historia: más de un millón de hectáreas quemadas y cerca de 37 millones de toneladas de CO₂, una cifra comparable a emisiones completas de Portugal o Suecia Portugal también ha visto cómo incendios devoraban el 3 % de su territorio, con miles de bomberos movilizados y víctimas mortales.
Este conjunto de escenarios ilustra cómo el agravamiento del cambio climático ha convertido episodios extremos en la nueva normalidad. Especialistas reclaman medidas urgentes de planificación, prevención y adaptación a nivel europeo.
Si bien las llamas ya retroceden en algunas regiones gracias al alivio meteorológico y al esfuerzo de los equipos de extinción, el daño ambiental y sanitario es profundo y duradero. Frente a ello, expertos y autoridades urgen abordar el cambio climático con una estrategia nacional e integrada de prevención, adaptación y resiliencia frente al fuego.