España bate un récord histórico en un verano catastrófico: los incendios provocan las emisiones más altas de los últimos 23 años

Los incendios de agosto han provocado el registro más alto de emisiones de carbono desde 2003: casi 5,5 millones de toneladas en sólo 10 días, en medio de un verano catastrófico.

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Los incendios forestales en España disparan las emisiones de carbono a niveles históricos.
22/08/2025 14:30
Actualizado a 22/08/2025 14:36

España ha alcanzado el volumen de emisiones de carbono por incendios más elevado registrado desde 2003, en menos de dos semanas. Según Copernicus (CAMS), las concentraciones han superado los 5,5 millones de toneladas de carbono en apenas diez días, frente a la media anual de 1,5 millones registrada en las últimas dos décadas.

Esta escalada se ha producido debido a una intensa oleada de fuego en el noroeste peninsular, que ha calcinado más de 390.000 hectáreas, con Galicia, León, Ourense y Extremadura como los puntos más devastados. Los expertos advierten que los incendios ya han deteriorado con fuerza la calidad del aire, elevando las partículas finas PM2.5 por encima de los límites recomendados por la OMS, extendiéndose hasta 200 kilómetros de distancia.

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Los grandes incendios forestales del noroeste de España.COPERNICUS SENTINEL-2

Las causas de un verano sin precedentes

Lo ocurrido en la primera quincena de agosto no tiene precedentes: la quema de biomasa produjo un pico de emisiones histórico. Según Copernicus y otros informes ambientales, la subida abrupta desde niveles por debajo de la media hasta registros récord en pocos días es la más pronunciada en 23 años.

Las condiciones meteorológicas jugaron un papel determinante. La combinación de una ola de calor extremo, con temperaturas superiores a 40 °C y baja humedad, junto a la proliferación de vegetación seca en zonas abandonadas favorecieron incendios de alta intensidad y rápida propagación, denominados ya como “de sexta generación”.

El humo generado por estos incendios no solo afecta al aire local. Las partículas finas, aunque invisibles, pueden ser letales: irritaciones en ojos y vías respiratorias, fatiga y agravamiento de enfermedades crónicas, especialmente entre personas vulnerables. Se recomienda el uso de mascarillas FFP2 o N95, mantener ventanas cerradas y acudir al médico si persisten síntomas respiratorios.

Mientras tanto, miles de personas fueron evacuadas y miles más desplazadas, con situaciones de emergencia activa en varias provincias. Las autoridades ya plantean declarar zonas afectadas como catástrofe para acelerar los recursos de ayuda y contener los daños.

Contexto europeo: el peor verano para incendios en décadas

España no está sola en esta crisis. La Unión Europea se enfrenta a la peor temporada de incendios de su historia: más de un millón de hectáreas quemadas y cerca de 37 millones de toneladas de CO₂, una cifra comparable a emisiones completas de Portugal o Suecia Portugal también ha visto cómo incendios devoraban el 3 % de su territorio, con miles de bomberos movilizados y víctimas mortales.

Este conjunto de escenarios ilustra cómo el agravamiento del cambio climático ha convertido episodios extremos en la nueva normalidad. Especialistas reclaman medidas urgentes de planificación, prevención y adaptación a nivel europeo.

Si bien las llamas ya retroceden en algunas regiones gracias al alivio meteorológico y al esfuerzo de los equipos de extinción, el daño ambiental y sanitario es profundo y duradero. Frente a ello, expertos y autoridades urgen abordar el cambio climático con una estrategia nacional e integrada de prevención, adaptación y resiliencia frente al fuego.