La Dirección General de Tráfico (DGT) ha impulsado una de las transformaciones más significativas de la señalización de emergencia en carretera de las últimas décadas: la obligatoriedad de la baliza luminosa V16 conectada a partir del 1 de enero de 2026, que sustituirá como dispositivo obligatorio a los tradicionales triángulos de emergencia para señalizar averías y accidentes en las vías españolas.
La medida responde a la estrategia de seguridad vial de la DGT, que busca reducir el riesgo de atropellos y mejorar la visibilidad de vehículos inmovilizados, especialmente en autopistas y autovías.

Más críticas a la DGT
El presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), Mario Arnaldo, ha matizado públicamente que la baliza V16, pese a ser un avance en términos de seguridad, no sustituye al triángulo en todos los casos posibles de señalización en carretera.
En un debate con el periodista especializado en motor Juan Francisco Calero, Arnaldo defendió la implantación de la baliza V16 como una mejora frente a la obligación histórica de colocar triángulos, que obligaba a los conductores a salir del vehículo en la calzada, un factor de riesgo que las nuevas luces pretenden reducir.
La baliza V16 es un dispositivo luminoso de emergencia que se coloca en la parte más alta del vehículo detenido, con una luz intermitente amarilla de alta visibilidad diseñada para señalizar accidentes o averías desde la propia posición del conductor sin necesidad de bajar del coche. El objetivo principal de la medida es minimizar la exposición de los ocupantes a los riesgos de la calzada, en especial en vías de alta velocidad donde colocar triángulos podía suponer un peligro significativo.
Desde su introducción gradual en 2021, las balizas V16 han convivido con los triángulos, pero la normativa aprobada en marzo de 2021 y pendiente de aplicación total en 2026 contempla que la versión V16 conectada (capaz de transmitir ubicación a la plataforma DGT 3.0) sea el único dispositivo obligatorio para señalizar un vehículo detenido. Esta conexión geolocalizada permite a la DGT y a otros usuarios de la vía recibir información en tiempo real sobre la ubicación del incidente, integrándose con aplicaciones de navegación y sistemas de gestión del tráfico.
A pesar de las ventajas que ofrecen las balizas V16, especialmente en términos de seguridad y reducción del riesgo de atropello, Arnaldo alertó de que no siempre garantizan visibilidad suficiente en determinadas condiciones de carretera, como curvas cerradas, túneles o cambios de rasante, donde la luz intermitente puede quedar oculta a los vehículos que se aproximan. En estos escenarios, los triángulos siguen siendo útiles como refuerzo para señalizar la presencia de un vehículo detenido más allá de la línea de visión inmediata.
Arnaldo enfatizó que la normativa debería ser más clara al respecto y ofrecer directrices específicas sobre estas situaciones, ya que la actual regulación “es ambigua” y no define con precisión los casos en los que complementar la baliza con señalización suplementaria (como el triángulo o destellos adicionales) es recomendable.
“El sentido común debe imponerse. Si no te ven a tiempo, hay que señalizar antes”, afirmó, subrayando la importancia de adaptarse a cada circunstancia de seguridad vial.
Arnaldo reprochó que la DGT no haya realizado una campaña informativa contundente ni haya especificado con claridad las situaciones en las que sigue siendo aconsejable emplear el triángulo. Señaló que no se ha indicado de forma precisa al conductor qué protocolo seguir ante condiciones de baja visibilidad, un vehículo volcado o cuando el coche queda en un punto sin visibilidad para el resto de los usuarios.
Pese a ello, Arnaldo apoyó la introducción de la baliza V-16, al considerar que satisface una reivindicación histórica de Automovilistas Europeos Asociados: eliminar el uso del triángulo que obliga a los ocupantes a salir al asfalto, con el riesgo que ello supone.

Transparencia, homologación y conectividad
Otro aspecto destacado por Arnaldo en el debate fue la falta de información clara por parte de la DGT sobre la homologación y funcionamiento real de las balizas V16 conectadas. Reclamó mayor transparencia para que los conductores sepan si el dispositivo que adquieren está homologado correctamente y si su conectividad funcionará a lo largo de su vida útil., responsabilidad que recae en los fabricantes.
Recordó que, como ocurre con otros dispositivos tecnológicos, existen zonas sin cobertura de red y que esto puede afectar la transmisión de señal cuando la baliza se activa.
Además, según otros expertos en seguridad vial y cuerpos como la Guardia Civil de Tráfico, las balizas V16, pese a su avance tecnológico, no son suficientes por sí solas en todas las circunstancias, y en casos concretos, como incidentes en curvas o pendientes, la combinación con otros medios de señalización sigue siendo clave para alertar con antelación a los conductores que se aproximan.