La evolución de las baterías es clave en la democratización de los coches eléctricos. Son su componente más caro, se degradan con el uso e imponen el límite de autonomía del que disfrutan los vehículos de cero emisiones, así que conseguir que sean cada vez mejores hace que éstos estén más cerca de los de combustión en términos de costes y de alcances. El gran salto que se espera en el sector reposa en las baterías en el estado sólido, área en la que BMW ha hecho un avance notable.
La compañía alemana, de la mano de su socia, Solid Power, ya está llevando a cabo pruebas reales con un BMW i7 equipado con baterías de esta tipología.

Los beneficios de las baterías en estado sólido
Las baterías ASSB empleadas por la berlina cuentan con las ventajas de este tipo que, en comparación con las utilizadas actualmente (de ion litio), disfrutan de una mayor densidad energética, por lo que, en un espacio mucho más compacto, son capaces de acumular más energía, logrando mayores autonomías sin tener que montar baterías más grandes que lastren al vehículo en cuanto a su peso.
Las que utiliza el vehículo de pruebas basado en el i7 combinan los principios de construcción probados en la Gen5, como es el caso de las celdas prismáticas en módulos con nuevos conceptos de módulos pensados para la integración de celdas ASSB de Solid Power. Además, ambas compañías consideran que el uso de celdas de energía sólidas con electrolitos a base de sulfuro, así como su integración en un paquete de baterías, servirá para obtener datos importantes durante todo el programa de pruebas que se llevará a cabo en los próximos meses.
Aunque los avances son prometedores, ambos actores son muy conscientes de que todavía son necesarios bastante más pasos de desarrollo para llegar a implementar la tecnología ASSB en un sistema de almacenamiento general de modo competitivo.
La relación entre ambas compañías viene de 2022, cuando llegaron a un acuerdo para que la marca alemana pudiera producir las baterías en estado sólido de la start-up estadounidense. El movimiento implicó un desembolso de 20 millones de dólares por parte del fabricante de coches.
Tan solo unos meses después el acuerdo se amplió con una licencia que incluía la realización de actividades complementarias de desarrollo y fabricación de células tanto en Solid Power como en BMW Group, con el objetivo de avanzar más rápido en el diseño y la fabricación de células de estado sólido.
Un proyecto a largo plazo
A pesar de los avances en este campo, todavía queda tiempo para que este tipo de baterías se monten en modelos de serie de la marca alemana. El propio Schuster hablaba con Autocar hace unos meses y explicaba lo siguiente: “Lo más importante es la batería de iones de litio: no está terminada. Todavía se ven mejoras. No existe una batería única. No llegará. Pero, por el momento, la batería de iones de litio puede mejorar de forma constante para reducir su coste, porque ese será el objetivo principal”.
De esta manera, señalaba el impedimente principal de esta tecnología: “Ahora podemos fabricar baterías de estado sólido, pero el coste del embalaje no justifica su uso. Aún queda mucho camino por recorrer con las baterías de iones de litio”.
“¿Estaría un cliente dispuesto a pagar un precio mucho más alto por una batería de estado sólido a cambio de una carga quizás un poco más rápida? El coste es uno de los puntos más importantes [para los compradores de vehículos eléctricos]. El problema [con las baterías de estado sólido] es fabricar millones de celdas de batería a bajo precio con alta eficiencia, mejor calidad y fácil integración en el paquete. Lo que vemos hasta ahora no es un avance rápido, y es por eso que estamos bastante seguros de que nuestra Gen6 durará mucho tiempo”.