La irrupción de marcas chinas en el mercado automovilístico español es cada vez más evidente. Fabricantes como BYD, MG (propiedad de SAIC) y OMODA (de Chery) han experimentado un notable crecimiento en matriculaciones, gracias a propuestas competitivas en precio y tecnología. Este fenómeno abre oportunidades (más oferta de vehículos eléctricos) y plantea nuevos retos (adaptación de talleres y procesos de reciclaje).
Esto no implica en modo alguno que los eléctricos de origen chino sean menos seguros o que resulten imposibles de reparar tras un choque. Simplemente, a medida que su número crece en nuestras carreteras, es normal que acaben involucrándose en distintos siniestros. Como consecuencia, algunos de estos modelos ya están llegando a los centros de tratamiento de vehículos. “Su presencia en estos puntos confirma que están plenamente integrados en el ciclo de vida de nuestro parque automovilístico”, señala Marc Cuñat, responsable de recambios en Recomotor.

Récord de matriculaciones de coches chinos
Las matriculaciones de vehículos chinos en España se han disparado en los últimos años. Su cuota de mercado creció hasta el 6% de los turismos nuevos en 2024, frente al 3% del año anterior. En 2024 los tres modelos chinos más vendidos sumaron más de 43.900 unidades en España:
- MG ZS (SAIC): 30.770 unidades matriculadas en 2024 (≈65 % del total de ventas chinas).
- Omoda 5 (Chery): 7.784 unidades en 2024 (16 % del total).
- BYD Atto 3: 5.393 unidades en 2024 (11 % del total).
Además de estos referentes, otras marcas chinas comienzan a ganar presencia. Por ejemplo, JAECOO (SAIC), DFSK (Dongfeng) o Xpeng ya han introducido modelos en España, ampliando la oferta de vehículos chinos.
Integración en los desguaces: indicador de consolidación
Ver coches chinos circulando por España ya es habitual. Consecuentemente, también empiezan a verse en los talleres y centros de tratamiento de vehículos. “La presencia de modelos chinos en los centros de tratamiento de vehículos es el indicio definitivo de que han pasado a integrarse plenamente en el ciclo de vida del parque móvil español”, explica Cuñat. La mayoría de estas marcas, aunque muy implantadas en China, aún dan sus primeros pasos en el exigente mercado europeo; sin embargo, las más consolidadas cuentan con el respaldo de gigantes automovilísticos como SAIC, Geely o Chery.
Este aumento en los desguaces no implica que los coches chinos sean menos fiables. Con modelos de más de veinte marcas diferentes circulando en España, es lógico que algunos acaben en siniestros. Al contrario: muchos de los últimos modelos chinos han obtenido las máximas puntuaciones en las pruebas de choque EuroNCAP, demostrando estándares de seguridad comparables a los de los fabricantes tradicionales.

Desafíos y soluciones en el reciclaje de coches eléctricos chinos
Una vez que estos vehículos llegan al final de su vida útil, el sector del reciclaje destaca que el número de piezas recuperables es similar al de un coche de combustión. Elementos como la carrocería, la suspensión o los interiores pueden desmontarse y reutilizarse de forma equivalente a los vehículos térmicos. Sin embargo, los componentes específicos de un eléctrico, como el motor eléctrico y las baterías de alto voltaje, requieren equipos y conocimientos especializados. Los centros de tratamiento han tenido que invertir en sistemas de diagnóstico dedicados y en formación técnica para gestionar estos elementos nuevos.
Al mismo tiempo, la industria avanza en métodos de reciclaje más sofisticados. Investigadores europeos han desarrollado procesos que recuperan el 100% del aluminio y el 98% del litio de las baterías de coche eléctrico, reduciendo así los residuos peligrosos. En España ya hay iniciativas similares; por ejemplo, la empresa GDV Mobility recicla baterías de vehículos eléctricos siguiendo los estándares del nuevo pasaporte digital de la UE. Estos avances tecnológicos son clave para cerrar el ciclo de materiales críticos en la economía circular del automóvil.
Mejora en la cadena de suministro de recambios
Para que las reparaciones sean viables, los fabricantes chinos han reforzado significativamente su red de recambios en Europa. Muchas piezas de alta demanda pueden llegar a los talleres en apenas 24 horas. Sin embargo, otros componentes menos comunes aún tardan bastante más (a veces más de tres semanas), lo que puede encarecer las reparaciones: retrasos prolongados elevan el coste de recuperar un vehículo siniestrado casi hasta el valor del coche.
- Piezas de alta rotación: disponibles en tan solo 24 horas.
- Componentes menos comunes: tiempos de entrega superiores a tres semanas.
- Impacto en el coste: los retrasos largos pueden hacer que reparar el coche resulte casi tan caro como su valor venal.
A pesar de estos retos logísticos, las cadenas de recambios chinas mejoran rápidamente. Las marcas aceleran su adaptación a los estándares europeos, reforzando así su competitividad frente a las firmas tradicionales. En definitiva, la conjunción de todos estos avances, innovación en reciclaje, red de recambios más ágil y adaptación técnica, sitúa a los fabricantes chinos como actores sólidos y competitivos en el mercado del automóvil europeo.