Tesla admite su error: Elon Musk apoya el comercio justo después de reconocer que se estaba pegando un tiro en un pie

Tesla alertaba que los aranceles aplicados por Donald Trump incrementaron sus costes de fabricación y exportación, debilitando su competitividad por las sanciones reciprocas de otros países.

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Elon Musk cambia de postura: Tesla apoya el comercio justo y alerta sobre aranceles Grok
27/05/2025 11:00
Actualizado a 28/05/2025 20:32

Elon Musk, firme aliado de Donald Trump en los primeros meses del mandato del nuevo presidente de Estados Unidos, revalora las políticas de comercio justo tras los efectos de los aranceles comerciales. En marzo de 2025, Tesla envió una carta al Representante Comercial de EE.UU. (USTR) señalando que apoya “la importancia del comercio justo” pero advirtiendo que las políticas arancelarias actuales afectan sus productos.

En concreto, la empresa explica que las tarifas recíprocas impuestas por otros países encarecen sus vehículos eléctricos y reducen la competitividad global de los fabricantes estadounidenses: “estas medidas han incrementado los costes para Tesla de los vehículos fabricados en Estados Unidos y de exportarlos, resultando en un mercado internacional menos competitivo para los fabricantes estadounidenses”.

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“Los exportadores estadounidenses se exponen a impactos desproporcionados cuando otros países responden a las políticas comerciales de Estados Unidos”.

Un tiro en el pie que hace recular a Elon Musk

Tesla insiste en que apoya el comercio justo, pero advierte que los aranceles recíprocos encarecen sus coches eléctricos. La carta destaca que partes clave de la cadena de suministro no pueden producirse íntegramente en EE.UU., por lo que pide evaluar esas limitaciones. La compañía recomienda implementar las nuevas políticas comerciales de forma gradual, para que las empresas puedan adaptar sus cadenas de producción y suministro.

Las ventas de Tesla en Europa han caído drásticamente mientras crece la demanda de los coches eléctricos chinos más baratos, lo que intensifica la competencia global. Simultáneamente, la UE impuso aranceles de hasta el 35,3% a los coches eléctricos chinos, medida que Pekín denunció como proteccionista.

En este escenario, Tesla advierte que los aranceles aplicados por la administración Trump —en especial el 25% al acero y aluminio europeo— provocan represalias que repercuten en su negocio. La UE anunció aranceles por 26.000 millones de euros sobre productos estadounidenses en respuesta a esas tarifas. En la misiva, Tesla subraya que “los exportadores estadunidenses están expuestos a impactos desproporcionados cuando otros países responden a las medidas comerciales de Estados Unidos”.

Por ejemplo, la compañía señala que las reacciones inmediatas incluyeron subidas de aranceles sobre vehículos eléctricos importados, lo que encarece la exportación desde EE.UU. y reduce la competitividad internacional de sus coches. Como consecuencia, Tesla insta a la USTR a explorar alternativas que eviten estas barreras arancelarias en el futuro, para no perjudicar su capacidad de competir globalmente.

Fortaleciendo la cadena de suministro nacional

Para mitigar la dependencia de importaciones, Tesla ha invertido en fortalecer su cadena de suministro doméstica. En la carta menciona operaciones pioneras, como su planta de baterías en Reno (Nevada) y la planta de procesamiento de litio en Corpus Christi (Texas). Sin embargo, la empresa reconoce que “incluso con una localización agresiva de la cadena de suministro, ciertas piezas y componentes son difíciles o imposibles de obtener en Estados Unidos”.

Por ello, Tesla respalda que la USTR evalúe esas limitaciones internas y evite aplicar aranceles prohibitivos a componentes esenciales, para proteger al sector manufacturero nacional. Además, advierte que las nuevas medidas de Trump no deben entrar en conflicto con el objetivo de impulsar la producción interna, sugiriendo que un calendario de implantación gradual ayudaría a las empresas a prepararse sin sobresaltos.

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Tesla admite que resulta inviable establecer una cadena de abastecimiento completamente doméstica.

Competencia global de los vehículos eléctricos

Tesla opera en un mercado cada vez más disputado. La caída de sus ventas en Europa en los últimos meses está alimentada por la subida de modelos eléctricos chinos y la fuerte inversión de fabricantes tradicionales. Datos recientes muestran descensos de ventas abruptos en países como Suecia, Francia y Dinamarca, coincidiendo con un auge en las compras de coches eléctricos chinos más asequibles.

Expertos del sector señalan que empresas chinas como BYD, Xpeng o Nio, beneficiadas por sustanciosos subsidios gubernamentales, están expandiendo su presencia mundial y representan “una gran amenaza” no solo para Tesla sino para toda la industria automotriz global.

Por otra parte, en el ámbito europeo la situación comercial es compleja. La UE decidió aplicar nuevos aranceles a los vehículos eléctricos importados de China (en algunos casos hasta un 35,3%) como respuesta a las subvenciones chinas. Esta medida, destinada a proteger a fabricantes europeos, ha sido denunciada por Pekín ante la OMC como un acto de “proteccionismo comercial” que carece de base legal. Varios grandes grupos automovilísticos europeos (BMW, Volkswagen, Mercedes…) se opusieron inicialmente a estos aranceles por temor a represalias chinas.

En conjunto, la nueva postura de Musk y Tesla indica un reconocimiento de que las políticas proteccionistas de EE.UU. y la escalada de aranceles pueden generar efectos adversos incluso para la propia empresa de Musk. Su mensaje sugiere la conveniencia de buscar soluciones equilibradas: fomentar el comercio justo sin dañar la competitividad, fortalecer la producción local pero aceptando la interdependencia global y adaptar los cambios reguladores de manera gradual. Esta evolución puede alterar la dinámica de competencia en el sector de coches eléctricos, en un momento en que Europa busca equilibrar su mercado interno con la presión de los competidores chinos.