Volvo está actualmente enfocada en lograr la máxima sostenibilidad medioambiental. La compañía sueca quiere alcanzar el cero neto de emisiones de carbono en los próximos años. Un sendero que ya ha empezado a recorrer con su gama de coches eléctricos y sus plantas de producción alimentadas con energía limpia. El siguiente paso es reducir drásticamente sus emisiones mediante la puesta a punto del transporte, representado por su flota logística marina.
Después de los vehículos de transporte privado, uno de los elementos que más emisiones lanza a la atmósfera son los buques cargueros. Por ello, son el siguiente objetivo de Volvo, quien ya ha prometido que su flota de barcos reemplazará el combustible tradicional por aquellos otros medios que sean una alternativa más ecológica.
Con este significativo paso, Volvo espera ahorrar hasta 55.000 toneladas de emisiones de CO2 al año, lo que supone un 84% de lo que actualmente emite la compañía debido al uso de combustibles fósiles. “Las energías renovables no son el factor definitivo para eliminar el CO2 del sector marítimo en el mundo. Sin embargo, esta iniciativa muestra que podemos actuar ahora e implementar soluciones que logren resultados significativos durante la esperada llegada de alternativas tecnológicas a largo plazo”, afirmó Javier Varela, director de Operaciones de Volvo.

Volvo ha estado trabajando con sus socios de transporte marítimo en pos de que estos empleen combustibles de origen natural y ecológico: concretamente, los derivados del aceite de cocina usado o del tratamiento de la producción del aceite de palma.
Inicialmente, este nuevo combustible será usado en la flota de barcos de transportes que se dirijan a Europa y América. Por el momento, los encargados de transportar componentes hasta China quedarán exentos de este propósito.
Desde la marca afirman que su objetivo sobre esto es total, ya que especifican que si un barco de transporte no cuenta con la particularidad de poder usar este combustible, la compañía podrá hacer uso de un navío diferente o, incluso, de una empresa alternativa. Con esta determinación, esperan compensar significativamente las emisiones de combustible que han generado sus barcos hasta ahora.

Con este paso confían en inspirar a otros fabricantes. Recordemos que, actualmente, Volvo se encuentra en pleno proceso de reducción del 40% de sus emisiones. Dicho plan comenzó el pasado año 2018 y se espera completar en 2025. Una vez alcanzada esta meta, buscarán obtener el galardón de compañía neta en emisiones de gases tóxicos.
El mencionado responsable de Operaciones de Volvo ha puntualizado que no ve esta iniciativa como "una ventaja competitiva. Por el contrario, queremos impulsar a otros fabricantes de automóviles a la acción, para aumentar la demanda de transportes marítimos eficientes en carbono y establecer combustibles renovables como una solución funcional a medio plazo. Todos tenemos la responsabilidad de actuar”.
Actualmente, la compañía se encuentra inmersa en la expansión de su nueva generación de coches eléctricos. Gracias a la llegada del EX90 y EX30, la firma concluyó el pasado mes de junio con unas cifras récord de ventas.