La revolución tecnológica en el sector del automóvil ha traído consigo una nueva generación de vehículos equipados con sensores, cámaras y sistemas avanzados de ayuda a la conducción (ADAS). Aunque estas funciones mejoran la seguridad, también están provocando un aumento considerable en el precio de los seguros, especialmente en los coches eléctricos.
Según un estudio reciente de la aseguradora AXA, los vehículos equipados con ADAS pueden incrementar el coste del seguro hasta en un 40% respecto a modelos equivalentes sin esta tecnología. El motivo principal: los costes de reparación más elevados debido a la sofisticación de los sensores y cámaras integradas, muchas veces ubicadas en zonas expuestas como los paragolpes, el parabrisas o los retrovisores.

¿Qué son los sistemas ADAS y por qué encarecen el seguro?
Las tecnologías ADAS (Advanced Driver Assistance Systems) abarcan funcionalidades como el frenado autónomo de emergencia, el mantenimiento de carril, el control de crucero adaptativo o la detección de peatones. Cada vez más modelos eléctricos, desde compactos hasta SUV, los incorporan de serie o como parte de paquetes opcionales.
Estos sistemas dependen de una red de sensores, cámaras y radares que recopilan datos en tiempo real para prevenir accidentes. Sin embargo, en caso de colisión, incluso leve, la sustitución de estos componentes resulta muy costosa.
Por ejemplo, una cámara situada en el parabrisas puede costar entre 600 y 1.000 euros, sin contar la calibración posterior. Un radar delantero, común en funciones de frenado autónomo, puede elevar la factura en otros 1.200 euros. Un simple golpe en el parachoques, donde se alojan sensores de proximidad o de ángulo muerto, puede superar los 2.000 euros en reparación.
Según el comparador Rastreator, este tipo de reparaciones ha provocado un aumento medio del 25% en las pólizas de coches eléctricos con ADAS avanzados en los últimos dos años.
¿Y en el caso de los coches eléctricos?
Los coches eléctricos no solo incorporan sistemas ADAS con mayor frecuencia, sino que además utilizan piezas más específicas y con menor disponibilidad, lo que también encarece el tiempo de reparación y el coste final. Esto afecta directamente al cálculo del seguro, que se basa en la previsión de riesgo y gasto potencial.
Además, los vehículos eléctricos suelen tener mayor potencia y aceleración instantánea, lo que puede implicar un mayor riesgo en conducción urbana si no se gestionan adecuadamente. Todo ello se traduce en primas más altas para ciertos perfiles de conductor.
Un informe de Mapfre revela que el coste medio de asegurar un coche eléctrico en España ha pasado de 400 euros en 2021 a cerca de 520 euros en 2024, con picos de hasta 700 euros anuales en modelos de gama alta con tecnologías ADAS completas.
Modelos eléctricos tan populares como el Tesla Model 3, el Volkswagen ID.4, el Hyundai Ioniq 5 o el Kia EV6, que incluyen numerosos asistentes de conducción de serie, son algunos de los que pueden ver reflejado este encarecimiento en sus pólizas. Incluso en gamas medias, como el Renault Mégane E-Tech o el MG 4 Electric, la presencia de cámaras 360º, sensores perimetrales y sistemas de frenado autónomo está influyendo en la prima de seguros.

Algunos consejos para minimizar el coste del seguro
A pesar del encarecimiento, existen estrategias para minimizar el impacto en el bolsillo:
- Comparar entre aseguradoras. Algunas compañías ya ofrecen tarifas especializadas para vehículos eléctricos.
- Evitar franquicias elevadas si se trata de un coche con muchos sensores. Una reparación parcial puede superar fácilmente la franquicia habitual.
- Apostar por talleres especializados, que reduzcan los costes de calibración de sensores tras un siniestro.
- Instalar sistemas de conducción eficiente, que reducen la siniestralidad y pueden aportar bonificaciones en ciertas pólizas.
La incorporación de tecnología en los coches eléctricos está transformando la seguridad y la experiencia de conducción. Sin embargo, también añade una capa de complejidad y costes que no todos los usuarios anticipan, especialmente en el ámbito de los seguros.
Antes de adquirir un modelo con sistemas ADAS avanzados, es recomendable analizar bien cuánto puede subir el seguro y qué cobertura ofrece cada compañía. Lo que hoy es una ventaja tecnológica, mañana puede ser un coste inesperado.