En las últimas décadas, el sector de la construcción ha incluido innovaciones de todo tipo con el objetivo de producir edificios más sostenibles y con un mejor aislamiento. Lo que muchos no se imaginan es que estas metas pueden lograrse incluso con unos materiales tan simples como son el arroz o el papel de periódico.
El aislamiento térmico en la construcción podría incluir arroz y periódicos viejos
Contar con una buena protección en la fachada puede ser de vital importancia frente al cambio climático. Un nuevo estudio organizado por la revista Frontiers in Built Environment ha centrado sus esfuerzos en demostrar por qué una combinación tan básica como el uso de arroz o papel puede ser suficiente para mejorar la impermeabilidad frente al frío. Cabe precisar, al mismo tiempo, que este sector económico es uno de los más contaminantes, llegando a ser el segundo mayor consumidor de plástico a nivel mundial.
En la búsqueda de materiales sostenibles capaces de mejorar el aislamiento, un equipo de investigadores ha recurrido al uso de un compuesto basado en cáscaras de arroz, papel extraído de periódicos, bórax y pegamento. Esta aparentemente sencilla combinación ha logrado reducir la filtración de frío entre las paredes con una efectividad cuanto menos sorprendente, evitando al mismo tiempo que estos residuos terminen en vertederos o siendo incinerados, con todo lo que ello supone en cuanto a emisiones contaminantes.

Lo mejor es que la creación de estas láminas requere un proceso que apenas entraña complejidad. Basta con triturar las cáscaras de arroz, añadir la celulosa usada para la formación del papel de periódico y bórax. A esta especie de pasta se le debe agregar, en última instancia, pegamento con el objetivo de lograr una mayor solidez al conjunto, mientras que el bórax es utilizado para agregar propiedades antihumedad al conjunto, sirviendo además como elemento retardante del fuego.
Durante las pruebas de la efectividad del aislante se llevaron a cabo diferentes composiciones y proporciones en el uso de estos materiales, pero lo cierto es que los resultados apenas variaban en uno u otro caso. De igual modo, se realizaron otros ensayos para comprobar el grado de deformación del material y los resutados fueron ampliamente satisfactorios. Por eso mismo, todo apunta a que una vez el material logre todas las certificaciones necesarias, podamos ver cómo se comercializa de forma masiva.
Además, los investigadores responsables del aislante también señalan que este podría emplearse en muchos otros campos ya que mezclando el preparado con otras fibras vegetales pueden obtenerse materiales aptos para producir paneles de construcción similares al Pladur o envases sostenibles.