Los motivos por los que Toyota y PSA no producirán coches urbanos conjuntamente

El fabricante japonés Toyota y el grupo francés PSA han anunciado que su asociación para producir coches urbanos ha finalizado. ¿Qué ha causado la ruptura?.

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12/12/2018 13:32
Actualizado a 22/12/2018 23:49

El pasado octubre, PSA anunció que estaba muy cerca de lanzar una versión eléctrica del Citroën C1, uno de sus modelos de coche urbano, en colaboración con Toyota. En el Salón del Automóvil de París, el escenario en el que hicieron pública la asociación, el fabricante japonés dijo que la relación entre ambas compañías era "sólida" e incluso apuntó a que se ampliaría el convenio para la producción de furgonetas comerciales. Algo que reforzó un comunicado de la compañía nipona emitido en noviembre. Sin embargo en las últimas fechas, ambas firmas han dejado claro que no continuarán juntas, al menos en la comercialización de un modelo de coche urbano 100% eléctrico.

Toyota ya advirtió la fragilidad del acuerdo. "Si encontramos una estrategia común continuaremos; si tenemos una diferente, será razón para detenerla", explicó Didier Leroy, presidente de la firma en Europa. La directora general de la marca de PSA Citroën, Linda Jackson, aseguró tras ser cuestionada por el futuro de los coches urbanos que "probablemente" pase por ser eléctrico, algo que difiere de las pretensiones de Toyota. El fabricante nipón ya ha reiterado que no se apresurará a construir modelos completamente eléctricos en favor de seguir apostando por los híbridos enchufables, por lo que se trata dos estrategias distintas tal y como apuntó Leroy.

Además, también existen discrepancias en torno a la línea productiva. Toyota disfruta del éxito de su modelo Aygo, un coche urbano del que vende algo menos de 100.000 unidades al año. Una cifra, aún así, superior a las ventas del Citroën C1 o del Peugeot 108. Los tres vehículos se fabrican en la planta que tanto PSA como la firma japonesa tienen en Kolin (República Checa). La factoría tiene una capacidad de producción anual de 300.000 coches, por lo que la asociación para fabricar otro modelo más obligaría a Toyota a asociarse con fabricantes menores, o a trasladar la producción a otra de sus fábricas. Algo que ha causado cierto recelo en la de Burnaston, en Reino Unido, que tendría que aumentar el número de unidades fabricadas para preparar su comercialización fuera de la Unión Europea si finalmente se produjese el brexit. 

Diversos medios apuntan a un tercer motivo. Toyota ha apostado por el Aygo ya que también atrae a un tipo de cliente que el fabricante considera muy atractivo: jóvenes, urbanos y que compran por primera vez un coche. "Ese es el objetivo que queremos alcanzar para el futuro", explicó el CEO de Toyota en Europa, Johan Van Zyl, dejando entrever que no admitirán cualquier cambio que pueda perjudicar a uno de los mayores éxitos de la marca en los últimos años. De hecho, el jefe de ventas en Europa, Matt Harrison, ya adelantó en París que "existe una posibilidad" de que la próxima versión del Aygo podría tener un diseño parecido al de un SUV.

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Daniel Domínguez
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