Los vehículos eléctricos tienen en su interior kilómetros de cables que necesitan conexiones. Un componente que está en el corazón de su fabricación y que se ha vuelto esencial hoy en día. Empresas como la alemana TE Connectivity han expandido su negocio para atender una demanda creciente de conectores cada vez más complejos y más grandes que se cuentan por miles en cada vehículo que se fabrica. Un proveedor del que la mayoría de la gente nunca ha oído hablar y que tiene un valor de mercado de 43.000 millones de dólares, más que Renault y Nissan juntos, y el triple que uno de los suministradores más conocidos: Continental.
TE Connectivity fabrica los conectores que unen los kilómetros de cables que necesitan los vehículos 100 % eléctricos. En 2020, invirtió 125 millones de dólares para poner en pie una nueva fábrica de piezas para vehículos eléctricos escondida en un valle, en la pequeña ciudad de Woert al sur de Alemania. La compañía está buscando socios para seguir expandiendo su negocio, según declaró su presidente ejecutivo Terrence Curtin a Reuters.
¿Qué es lo que fabrica TE?
La potencia que precisa un vehículo eléctrico para moverse se traduce en que TE debe desarrollar componentes más grandes y complejos para manejar esa corriente adicional sin provocar incendios ni fallos. Las piezas convencionales que fabrica TE para vehículos de combustión están formadas por cinco componentes. Sin embargo, sus piezas destinadas a vehículos eléctricos alcanzan los 50 componentes.
Por eso, TE necesita comprar también toneladas de aluminio, que es más liviano y más barato que el cobre, para fabricar algunas porciones de esas piezas más grandes. En la parte más antigua de la fábrica de Woert, las máquinas producen 16 conectores para automóviles de combustión por segundo. En el nuevo edificio, máquinas más complejas y costosas, algunas suministradas por la alemana Manz, producen conectores de cobre más grandes, con resortes de aleación soldados para puertos de carga de vehículos eléctricos, a un ritmo mucho más lento.
TE también fabrica un conector grande que se coloca encima de cada módulo de batería (una batería puede tener de media unos 12 módulos) que le sirve como un cerebro, midiendo el rendimiento de cada celda de la batería mientras que un pequeño semiconductor mide su temperatura.
Matthias Lechner, responsable de TE para Europa, Medio Oriente y África, asegura que sus conectores pueden reducir el tiempo de carga de los vehículos eléctricos en 10 minutos, “una ventaja que los fabricantes de automóviles pueden vender a los consumidores”. La nueva instalación en Woert puede fabricar dos millones de conectores de este tipo al año, pero la demanda sigue aumentando. "Vamos a necesitar más", dijo, por lo que TE tiene previsto poner en pie más en una planta en Hungría y en otros países todavía por determinar.
Un negocio en expansión
Los fabricantes de automóviles están pasando por una transición masiva hacia una industria que es prácticamente nueva y debatiéndose entre vender sus negocios de motores de combustión o comprar a los fabricantes de piezas para sus vehículos eléctricos. Pero serían incapaces de hacerlo sin proveedores como TE y sus rivales en el negocio de los conectores o los sensores, como Sensata Technologies, Amphenol y Molex. Estos buscan suministrar componentes de mayor valor y hacer más trabajo de desarrollo asegura William Kerwin, analista de Morningstar.
De los 15.000 millones de dólares que factura TE anualmente, más del 40 % proviene de los fabricantes de automóviles, lo que le convierte en uno de los mayores proveedores de la industria, del que la mayoría de la gente nunca ha oído ni oirá hablar. Su valor de mercado es de 43.000 millones de dólares, mucho más que el de Renault y Nissan juntos, y más del triple del principal proveedor de la industria, Continental.
La explosión de la demanda europea
Curtin explica que tanto los proveedores como los fabricantes de automóviles se han visto atrapados por una explosión en la demanda de vehículos eléctricos en Europa en los últimos dos años. Mientras trataban de ponerse al día, las nuevas instalaciones de TE estaban funcionando al doble de su producción planificada.
Si bien la escasez mundial de semiconductores ha afectado a los ritmos de producción generales, Curtin asegura que los fabricantes de automóviles han estado utilizando los chips de los que disponían priorizar los vehículos eléctricos sobre los vehículos de combustión, lo que ha ejercido todavía más presión sobre proveedores como TE.
El desafío al que se enfrenta ahora TE es acertar el momento y la escala de su expansión, dado que la transición a los vehículos eléctricos y la conducción autónoma podrían encontrarse con algunos obstáculos relacionados con el fin de los subsidios o con problemas de seguridad, advierte Curtin.
El CEO asegura que los vehículos eléctricos y autónomos duplicarán el valor de las piezas que TE suministra, que ahora se sitúa alrededor de 70 dólares para un vehículo promedio con motor de combustión. “Eso significa que la recompensa podría ser enorme”. Los vehículos eléctricos duplicaron prácticamente su cuota global en las ventas de vehículos, situándose en un 6 % en 2021, según los datos de JATO Dynamics. A partir de aquí, esta participación solo aumentará.
El mercado de proveedores de Europa crecerá desde los 216.000 millones de euros actuales a 330.000 millones de euros en 2030, impulsado por el software, los vehículos eléctricos y la electrónica, estima la consultora McKinsey.
La nueva fábrica de Woert de TE emplea a 2.200 personas. Actualmente, la empresa está contratando ingenieros y técnicos, e implementando diferentes máquinas para hacer conectores pequeños de datos para automóviles autónomos. TE tiene tres fábricas de piezas en Alemania y otras cinco en toda Europa. A nivel mundial, cuenta con 29 fábricas dedicadas a su negocio automotriz.
