Este policía multó a 30 ciclistas y tuvo que pedir ayuda a la Guardia Civil: “El rojo es rojo aquí y en cualquier sitio”

La Policía Local, con apoyo de la Guardia Civil, sancionó a una multitud de deportistas que accedieron en bicicleta al casco urbano en dirección contraria.

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Se formaron colas de ciclistas esperando a ser sancionados en Llíber por este motivo.
25/12/2025 10:00
Actualizado a 25/12/2025 10:00

La mañana del pasado domingo en Llíber (Alicante) se saldó con una avalancha de sanciones a ciclistas que quedará como un episodio inédito en el municipio. La Policía Local, desbordada por la situación, tuvo que solicitar refuerzos de la Guardia Civil ante la elevada cantidad de deportistas que accedieron en bicicleta al casco urbano en dirección prohibida, coincidiendo con el cierre de la travesía principal por la celebración del mercadillo de Navidad.

Según fuentes municipales, decenas de ciclistas, en su mayoría grupos deportivos que circulaban por la zona, entraron al municipio por las calles interiores desde los accesos de Senija y Gata de Gorgos, ignorando hasta tres señales consecutivas de prohibido el paso. La travesía urbana se encontraba cerrada al tráfico y el itinerario alternativo estaba habilitado por los caminos del Pla de Llíber, entre viñedos, pero numerosos usuarios optaron por atravesar el pueblo.

Se formaron colas para sancionar a los ciclistas

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Los deportistas ignoraron las señales de prohibido el paso.

El resultado fue una escena poco habitual: en la salida de Llíber hacia Xaló llegaron a formarse colas de hasta 30 ciclistas esperando a ser sancionados. Cada uno de ellos recibió una multa de 100 euros por infringir la señalización. Los agentes explican que muchos mostraron sorpresa al ser detenidos, asegurando desconocer que habían circulado en contradirección durante varios tramos consecutivos.

Desde el Ayuntamiento se subraya que la actuación policial respondió a un problema real de seguridad vial. La travesía de Llíber es especialmente estrecha y atraviesa el núcleo urbano, con limitación de velocidad a 20 kilómetros/hora. Vecinos del municipio, muchos de ellos personas mayores, alertan desde hace tiempo del riesgo que suponen tanto vehículos como ciclistas que no respetan semáforos ni señales, especialmente los fines de semana.

La situación se agravó el pasado domingo por la afluencia de visitantes al mercadillo navideño, con numerosas personas caminando por las callejuelas. La entrada de ciclistas en sentido contrario generó momentos de tensión y riesgo de atropello, tanto para peatones como para otros ciclistas que circulaban correctamente y se encontraron de frente con grupetas en plena marcha.

Hay división de opiniones en el pueblo

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Las autoridades consideran que se actuó de la manera adecuada y que todo estaba bien señalizado.

Fuentes policiales reconocen que, aunque muchos ciclistas actuaron por desconocimiento, la reiteración de infracciones y el precedente de sanciones recientes por saltarse semáforos en rojo obligaron a una actuación firme. “El rojo es rojo aquí y en cualquier sitio”, recuerdan los agentes, que insisten en que la normativa se aplica por igual a todos los usuarios de la vía.

Algunos vecinos consideran que, dada la situación excepcional del cierre de la travesía, habría sido conveniente reforzar la señalización y la información en los accesos al municipio. Sin embargo, desde la Policía Local defienden que las señales eran visibles y que la prioridad era evitar accidentes en un entorno urbano ya de por sí complejo.

El “multazo” de Llíber reabre el debate sobre la convivencia entre ciclistas, peatones y tráfico rodado en pequeños municipios atravesados por rutas muy frecuentadas por deportistas, especialmente en fechas de alta afluencia.