760 empleos, 712.000.000 € de inversión y 32 GWh de capacidad: así será la gigafactoría de baterías que llega a Valladolid

La empresa InoBat levantará en Valladolid una gran planta de baterías para coches eléctricos, respaldada por ayudas públicas y llamada a ser clave en la industria española.

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La planta forma parte de la tercera convocatoria del PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC).
26/11/2025 14:30
Actualizado a 26/11/2025 14:30

InoBat construirá en Valladolid una gigafactoría de baterías para vehículos eléctricos que aspira a convertirse en uno de los grandes polos industriales de la nueva movilidad en España. El proyecto supone una inversión de 712 millones de euros y la creación de alrededor de 760 empleos entre directos e indirectos (260 puestos en plantilla y unos 500 en la cadena auxiliar), según las cifras facilitadas por el Ministerio de Industria y la propia compañía.

La planta forma parte de la tercera convocatoria del PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC), en su apartado específico de baterías. Dentro de este programa, el Gobierno ha concedido a InoBat una subvención de 53,8 millones de euros y un préstamo blando de 456.000 euros, orientados a facilitar la implantación de la fábrica en la capital castellana. Con esta operación, el Ejecutivo eleva a casi 2.500 millones las ayudas comprometidas a más de 300 empresas vinculadas a la cadena de valor del coche eléctrico en distintas convocatorias del PERTE VEC.

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InoBat es una compañía eslovaca y dio sus primeros pasos en 2023.

Se espera que esté operativa en 2027

Según la documentación remitida a Industria, la gigafactoría vallisoletana tendrá una capacidad de producción de hasta 32 GWh anuales en 2027, con el objetivo de alcanzar su pleno rendimiento en 2029. Esta cifra sitúa al proyecto en la liga de las grandes plantas europeas de celdas de batería y lo convierte en un pilar relevante del mapa español junto a iniciativas como la fábrica de PowerCo en Sagunto (Valencia), la planta de Stellantis en Figueruelas (Zaragoza), la de Envision en Navalmoral de la Mata (Cáceres) o el proyecto de baterías sólidas de Basquevolt en el País Vasco.

El reparto de empleo previsto refleja la magnitud de la inversión: unos 260 puestos directos vinculados a la producción de celdas, ingeniería de procesos, mantenimiento, calidad y logística interna, además de otros 500 empleos indirectos en transporte, proveedores de componentes, servicios industriales y contratas. Las administraciones implicadas (Gobierno central, Junta de Castilla y León y Ayuntamiento de Valladolid) subrayan el impacto que tendrá en una ciudad con fuerte tradición automovilística por la presencia de Renault, pero que busca diversificar su tejido industrial hacia sectores de mayor valor añadido.

La ubicación elegida se sitúa en el entorno de la Ronda Exterior de Valladolid, sobre un gran ámbito de suelo industrial que el consistorio y la Junta están acondicionando como parte de un polo de baterías. En total, se han reservado alrededor de 120 hectáreas de terreno para acoger tanto la planta de InoBat como otras instalaciones complementarias ligadas a la cadena de suministro, con acceso directo a las principales vías viarias y a infraestructuras ferroviarias que faciliten la llegada de materias primas y la salida de producto terminado.

El proyecto de InoBat no llega solo. En paralelo, la multinacional china Gotion High-Tech ha anunciado un plan de hasta 5.000 millones de euros de inversión en Valladolid para desplegar un complejo industrial de baterías que abarcaría desde la fabricación de materiales activos, como cátodos y ánodos, hasta el ensamblaje final, con la aspiración de abastecer hasta el 70% de los componentes que necesitan las fábricas europeas de vehículos eléctricos. La entrada de Gotion, que ya es accionista de InoBat, refuerza la idea de un ecosistema integrado en el que la gigafactoría eslovaca actuaría como una de las piezas centrales.

InoBat se presenta como un desarrollador y fabricante de baterías de alto valor añadido, especializado en soluciones a medida para fabricantes de automóviles, vehículos comerciales, aeronáutica y otros segmentos de movilidad eléctrica. La compañía ya cuenta con una línea piloto en Eslovaquia y proyectos en marcha en Europa y Estados Unidos, y enmarca la planta de Valladolid dentro de una red global de centros de producción con la que pretende ganar escala y competitividad frente a los grandes actores asiáticos del sector.

Desde el punto de vista político e institucional, la decisión de InoBat de instalarse en Valladolid no ha sido automática. La empresa llegó a valorar alternativas en otros países europeos, después de quedar inicialmente fuera de la primera ola de ayudas del PERTE VEC. La firma definitiva del proyecto se ha producido tras casi tres años de negociaciones, en las que han intervenido tanto el Gobierno central como la Junta y el Ayuntamiento, que han defendido la disponibilidad de suelo, la experiencia industrial local y el acceso a energía renovable como argumentos clave para atraer la inversión.

 La batería inteligente de InoBat Auto es capaz de incrementar la autonomía de los coches eléctricos en un 20%.
El plan industrial es que el proyecto se consolide en 32 GWh anuales.

En cuanto al calendario, el plan industrial contempla que la fábrica entre en funcionamiento en torno a 2027, coincidiendo con la puesta en marcha de la primera fase productiva, y que la capacidad se vaya ampliando en sucesivas etapas hasta consolidar los 32 GWh anuales previstos a finales de la década. La viabilidad del proyecto dependerá, no obstante, de que se complete sin grandes retrasos la tramitación urbanística y ambiental del suelo, así como de la evolución del mercado europeo de vehículos eléctricos y de las futuras reglas comunitarias sobre contenido local y huella de carbono de las baterías.

Con la gigafactoría de InoBat, Valladolid aspira a consolidarse como uno de los nodos de referencia de la industria verde española, junto a otras regiones que ya han captado proyectos de baterías y componentes para el coche eléctrico. Para la ciudad castellana, acostumbrada a medir su historia industrial en torno a la fábrica de Renault, el nuevo complejo supone un salto cualitativo, con la posibilidad de situarse, esta vez, en el corazón de la tecnología que alimentará a los vehículos eléctricos.