La falta de originalidad estética en el sector automotriz es algo de lo que llevan años quejándose los más fervientes seguidores de este mundillo. Esto es algo que puede verse en algunos vehículos de Europa, pero que en China cobra otro nivel. Los coches nuevo chinos guardan todos la misma tendencia estética: faros delanteros afilados, luces traseras que cruzan todo el ancho del modelo, módulo del LiDAR en el techo o manetas enrasadas en la carrocería.
La falta de personalidad en el exterior es llamativa, aunque en el interior esta sensación se eleva hasta la enésima potencia: son todos realmente parecidos. Un volante achatado por la zona inferior, un pequeño panel de instrumentos digital tras él, una pantalla central multimedia de gran formato y diseño flotante y una consola central con una o dos plataformas para cargar dispositivos móviles. Como decimos, son todos prácticamente calcados. Y de ello se han quejado ya incluso los CEO de las propias marcas.

Los directivos de las marcas chinas no están a favor de seguir con la tendencia
En los próximos meses de 2026 (aunque la tendencia comenzó en 2025), la mayoría de nuevos vehículos incorporarán la tecnología Qiankun ADS (sistema de conducción avanzado), dirigido por Huawei. Este se convertirá casi en un estándar en China. Esto parece que ha sido la gota que ha colmado el vaso en la paciencia de los directivos, según publican desde el medio CarNewsChina.
Cheng Zheng, vicepresidente y director global de Diseño de Geely, afirmó: “La industria china está plagada de una aparente norma para seguir las tendencias al pie de la letra, aplicando así elementos de diseño populares de forma indiscriminada. Esto sólo hace dificultar a los consumidores el poder distinguir entre marcas y modelos basándose únicamente en la apariencia”.
Lu Fang, presidente de Voyah, también dio pie a este asunto: “A primera vista puede parecer una competencia feroés entre empresas, pero en realidad sólo hay una falta de innovación dentro de la industria”.

La tendencia es tal, que tras la presentación del Dongfeng Forthing Xinghai S7, el director de Diseño de la marca IM Motors sugirió un posible plagio en la estética con el IM L7. Sin embargo, lo cierto es que lanzar copias entre productos en China es algo bastante común y que está realmente normalizado. Expertos han confirmado que las diferentes piezas entre fabricantes nuevos son realmente similares. “Estos coches pueden parecer ricos en características, pero en realidad son sólo imitaciones con un exterior diferente”.
“Muchas empresas buscan beneficios a corto plazo, recurriendo a menudo a la copia y la imitación en lugar de innovar de forma original y basada en las necesidades del usuario. Esta competencia de bajo nivel hace que los productos compitan principalmente en precio y especificaciones, lo que finalmente resulta en un mercado inundado de pseudoinnovaciones que no satisfacen realmente las necesidades del usuario”, concretó Lu Fang.
Finalmente, ante todo esto, el medio chino Sohu publicó un escrito confirmándolo pero también puntualizando que “es extremadamente difícil proteger los derechos intelectuales en China”. Esto se debe a que “determinar la infracción del diseño exterior es inherentemente subjetivo, y muchas demandas terminan en acuerdos o simplemente se desestiman”. Ello puede favorecer directamente a que algunos fabricantes lleven a cabo esta tendencia de forma aún más indiscriminada.