En la década de los 90 hubo un eslogan comercial que encajaría perfectamente con esta noticia: “la potencia sin control no sirve de nada”. Aquél anuncio de neumáticos estuvo vigente entonces y lo está ahora más si cabe. El mundo ha avanzado y con él los coches. Vivimos en la era de la electrificación. Una electrificación que ha servido para reducir la contaminación del tráfico y, de paso, mejorar el rendimiento de los coches. Sin embargo, llega un punto en el que las cifras de potencia, velocidad o aceleración son excesivamente rápidas. China quiere regularlas para evitar accidentes.
Los coches eléctricos superan en potencia y aceleración a cualquier coche de combustión. Las marcas han establecido una guerra encubierta de prestaciones. El dato de aceleración, que siempre ha sido secundario, hoy ocupa un lugar privilegiado en la estrategia de comunicación del producto. Los fabricantes y sus departamentos de ingeniería se afanan en reducir décimas de segundo al cronómetro, pero esa obsesión por la velocidad tiene nefastas consecuencias en el mundo real.

Aceleración limitada a 5 segundos como mínimo
Las potencias que alcanzan hoy algunos coches eléctricos no están al alcance del control de muchos conductores. Pasar de un coche térmico con aceleración progresiva a un coche eléctrico de entrega de par inmediata requiere un periodo de adaptación. No digamos cuando ese coche supera, como es habitual, la barrera de los 600, 700 o incluso 1.000 caballos. En China, la evolución del coche eléctrico ha sido meteórica. En pocos años han pasado de conducir coches obsoletos a pilotar los vehículos más avanzados del planeta.
Esa transición ha dejado vidas por el camino. La siniestralidad ha aumentado a consecuencia del mal uso de los coches eléctricos. Las autoridades chinas quieren limitar la aceleración de los coches para así evitar esta escalada de sucesos. El Ministerio de Seguridad Pública de China ha elaborado nuevas normas que incluyen importantes restricciones en las capacidades de aceleración y medidas de seguridad reforzadas para los vehículos eléctricos. El proyecto titulado «Condiciones técnicas para la seguridad en la circulación de vehículos de motor» propone que los vehículos de pasajeros tengan por defecto una aceleración de 0 a 100 km/h en un mínimo de 5 segundos.

Para los vehículos eléctricos e híbridos enchufables, el borrador incluye diversas medidas de seguridad específicas. Estos deberán estar equipados con tecnología de supresión de pisadas indebidas que detecta y limita la potencia cuando el vehículo está detenido o a baja velocidad, proporcionando avisos audiovisuales claros a los conductores para evitar aceleraciones involuntarias. El borrador también exige que los EV y PHEV puedan desconectar automáticamente el suministro eléctrico en determinadas situaciones, como cambios de velocidad de 25 km/h o más en 150 milisegundos, tanto longitudinales como laterales, o cuando se activan dispositivos de seguridad irreversibles (como los airbags).