La DGT desvela a qué velocidad hay que conducir para consumir menos gasolina, pero se olvida de los coches eléctricos

Reducir el consumo de combustible es clave para los conductores. A partir de datos estadísticos oficiales, la DGT ofrece pautas para una conducción eficiente que optimiza el rendimiento del combustible.

velocidad coches electricos dgt 1
Según la DGT, existe una velocidad óptima que permite minimizar el gasto de gasolina Grok
02/07/2025 08:00
Actualizado a 02/07/2025 08:00

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha resuelto una de las dudas más frecuentes entre los conductores: ¿a qué velocidad se logra un menor consumo de combustible sin sacrificar seguridad ni rendimiento del vehículo? Esta información cobra especial relevancia hoy en día, cuando reducir el gasto en carburante y apostar por una conducción más sostenible es una prioridad para muchos automovilistas.

Frente a las ideas equivocadas que circulan, la DGT ofrece una orientación clara y basada en datos. Según ha explicado el organismo, mantener una velocidad constante y moderada es la mejor estrategia para reducir tanto el consumo de gasolina como las emisiones contaminantes. Esta práctica también favorece la durabilidad del motor y hace que el viaje sea más seguro y confortable. Unas recomendaciones que, si bien pueden ser adaptadas a los coches eléctricos, parecen olvidarlos completamente. Nosotros te resolvemos la duda.

velocidad coches electricos dgt 2
Mantener una velocidad uniforme al conducir es uno de los consejos más efectivos para reducir el gasto de combustible.

¿Cuál es la velocidad más eficiente para conducir?

La DGT ha compartido a través de sus canales oficiales que la velocidad óptima para lograr un menor consumo de combustible es de 90 km/h, especialmente en carreteras convencionales. Conducir a este ritmo no solo reduce significativamente el gasto, sino que también mejora la eficiencia general del vehículo.

Por ejemplo, si se compara esta velocidad con circular a 120 km/h, el aumento en el consumo puede llegar hasta un 30% más, una cifra considerable para quienes buscan ahorrar en cada desplazamiento. Sin embargo, el organismo recuerda que esta velocidad no es adecuada para autovías y autopistas, donde se deben respetar los límites establecidos por seguridad vial.

velocidad coches electricos dgt 4
Al contrario que los de gasolina, los coches eléctricos consumen menos a baja velocidad.

¿Y qué pasa con los coches eléctricos?

La velocidad que minimiza el consumo en un coche eléctrico varía según el entorno y las condiciones: en ciudad, el punto óptimo suele situarse alrededor de los 30 km/h, mientras que en carretera abierta se desplaza hacia los 80–100 km/h. Por debajo de 20 km/h, el gasto de los sistemas auxiliares (climatización, electrónica) hace que el consumo específico aumente; por encima de 120 km/h, la resistencia aerodinámica se dispara, elevando de manera drástica el consumo energético.

La resistencia del aire es el factor dominante a velocidades elevadas: en el ciclo de homologación WLTP, la aerodinámica representa entre el 30% y el 40% del consumo total de un eléctrico, frente a menos del 10% en un vehículo térmico. En condiciones reales de autopista, esta proporción puede superar el 50%, ya que la velocidad media es superior a la de los ciclos estándar. Esto significa que cada incremento de velocidad incrementa exponencialmente el arrastre aerodinámico, y con él, el consumo en kWh/100 km.

A muy baja velocidad (< 20 km/h) el consumo “estático” —energía empleada por climatización, sistemas de infoentretenimiento y electrónica de a bordo— pasa a ser significativo respecto al consumo de tracción. Por ejemplo, en pruebas empíricas se observa que con el climatizador activado, el punto de equilibrio se alcanza alrededor de los 50 km/h donde el gasto de los auxiliares y el de rodadura se igualan. Otros usuarios apuntan que el rango óptimo puede estar en 32 km/h si se busca maximizar la autonomía

En tráfico urbano, donde las frenadas y arranques frecuentes penalizan, el consumo específico mínimo se registra a velocidades moderadas: varios estudios y medios especializados coinciden en situar el óptimo en torno a 30 km/h. Circular por debajo de esa cifra aumenta el peso de los consumos auxiliares; superarla, eleva la resistencia aerodinámica y el rozamiento de rodadura Además, desplazamientos por encima de los 120 km/h disparan el consumo de forma sustancial, convirtiéndose en inviable desde el punto de vista energético.

En carretera abierta, donde la aerodinámica se lleva la mayor parte de la energía, el rango de mínima demanda energética se localiza entre 80 y 100 km/h. Según fabricantes de accesorios y guías de conducción eficiente, circular a 90 km/h o justo por debajo de los límites legales garantiza un compromiso óptimo entre rapidez y consumo; otras fuentes citan un rango algo más amplio, de 80 a 100 km/h, como velocidad “suave” para maximizar los kilómetros por kWh.

La temperatura ambiente modifica el punto óptimo de manera notable: a 20 °C, la velocidad que maximiza el alcance de un turismo eléctrico ronda los 30 km/h, mientras que a 0 °C ese punto se desplaza hasta 60 km/h, debido al impacto del frío en la eficiencia de la batería y la mayor demanda de climatización .En línea similar, a 20 °C se identifica un óptimo de 26 km/h, cifra muy próxima a la recomendada para ciudad, aunque poco práctica para vías rápidas.

velocidad coches electricos dgt 3
Las altas velocidades penalizan mucho el consumo de los coches eléctricos.

Conclusiones

Para reducir al máximo el consumo en un coche eléctrico, conviene adaptar la velocidad al entorno. En ciudad, desplazarse a unos 30 km/h reduce la suma de consumo estático y aerodinámico. En autopista, mantener 80–100 km/h minimiza el arrastre aerodinámico sin sacrificar excesivamente el tiempo de viaje.

Circular demasiado lento (< 20 km/h) penaliza por consumos auxiliares, y demasiado rápido (> 120 km/h) dispara la resistencia del aire. Con estas pautas, el conductor podrá optimizar su autonomía real y aprovechar al máximo cada kWh almacenado en la batería.

En todos los casos, sea cual sea la tecnología de propulsión, además de mantener una velocidad estable, la DGT recomienda utilizar marchas largas de forma adecuada, sin forzar el motor (en el caso de los coches eléctricos no suele ser habitual contar con marchas).

Aunque existe el mito de que conducir en marchas largas a bajas revoluciones siempre ahorra combustible, lo cierto es que esto puede ser contraproducente si el coche trabaja forzado, ya que se reduce su eficiencia y puede generar problemas mecánicos.

Otro consejo clave es evitar frenazos y acelerones innecesarios. Los cambios bruscos en la conducción suponen un mayor gasto energético, tanto en coches de combustión como en vehículos eléctricos, donde mantener una velocidad constante también mejora la autonomía.

La presión de los neumáticos es otro aspecto importante. Llevarlos por debajo o por encima de la presión recomendada por el fabricante genera más resistencia al rodaje, lo que incrementa el consumo. Asimismo, cargar el coche en exceso puede afectar al rendimiento, por lo que se aconseja llevar solo lo necesario.