Durante años las baterías LFP han sido tildadas de baratas y de ser la opción menos recomendable para impulsar un coche eléctrico. Sin embargo, el tiempo y la evolución han demostrado que hoy por hoy las baterías LFP son esenciales para expandir y democratizar la movilidad eléctrica. BYD es el mayor fabricante de este tipo de pilas, China en general domina la industria. El resto de marcas intenta, por todos los medios, reducir esa dependencia de China. Tesla se suma ahora al carro de las baterías LFP. Ya las ha usado durante mucho tiempo, pero ahora se lanza a la producción en una nueva fábrica que acaba de abrir sus puertas.
Tesla ha inaugurado su fábrica de baterías de fosfato de hierro y litio (LFP) en Nevada y afirma que está casi lista para iniciar la producción. Al igual que muchos otros fabricantes que utilizan este tipo de celdas, Tesla depende en gran medida de los fabricantes chinos para el suministro. Los coches más económicos de la casa, los Tesla Model 3 y Tesla Model Y, las emplean en sus versiones de acceso. Además, la empresa de Elon Musk las emplea en otros negocios secundarios de almacenamiento de energía, como los famosos Megapacks y Powerwalls. Es decir, Tesla es uno de los mayores consumidores de baterías LFP del mercado.

Una gran inversión para reducir la dependencia de las baterías chinas
La situación geopolítica internacional anima a reducir la dependencia de China y de un mercado que puede poner en aprietos al resto del mundo si, por cualquier motivo, decide cerrar el grifo de su tecnología. La dependencia energética a la que se enfrenta Tesla está lejos de lo ideal. Estados Unidos aplica importantes aranceles a las baterías procedentes de China. Durante el Gobierno de Joe Biden tenían que pagar un 25% de tasas adicionales, ahora, bajo el mandato de Donald Trump la cifra ha crecido hasta el 80%. Ambos países están negociando un nuevo acuerdo comercial, pero en cualquier caso se baraja un endurecimiento de los impuestos.
Ante la negativa perspectiva, antes incluso de la llegada de Trump al Despacho Oval, Tesla inició las obras de construcción de la nueva fábrica que ahora está lista para trabajar. Los americanos emplean tecnología de CATL para la producción. Antiguos equipos que ahora tendrán la responsabilidad de crear las pilas para alimentar a los modelos más baratos y, por lo tanto, más populares de la compañía. Tesla afirma que la fábrica está casi terminada, pero no da explicaciones de tamaño y capacidad de producción. En informes anteriores se había especificado una producción próxima a los 10 GWh de celdas por año, pero no se sabe si finalmente se llegará a esa cifra.
Nearing completion of our first LFP cell manufacturing factory in North America pic.twitter.com/OLNRWajz4l
— Tesla (@Tesla) June 28, 2025
Los de Austin no son los únicos centrados en explotar la vía de las baterías LFP. Cada vez más marcas se suman al carro, aunque no todas optan por abrir instalaciones propias. En España, por ejemplo, Stellantis ha iniciado las obras de una nueva planta de baterías LFP en Zaragoza, pero será CATL la encargada de gestionarla. Ford, por el contrario, ha optado por una vía mucho más directa. Los de Dearborn están construyendo su propia fábrica de baterías de litio-ferrofostato, pero en este caso la capacidad de producción esperada es significativamente mayor a la de Tesla, está proyectada una capacidad de 35 GWh por año.