En 5 años, quiebra masiva de fabricantes de coches eléctricos chinos: la presidenta de BYD, Stella Li, prevé la desaparición de más de 100 marcas

El mayor mercado de vehículo eléctrico necesita un ajuste en el número de actores que operan en él: descuentos imposibles, exceso de capacidad productiva y reformas regulatorias abocan a esta sangría.

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Stella Li, CEO de BYD, predice un cambio radical en el mercado de los coches eléctricos en China que afectará al resto.
30/09/2025 08:30
Actualizado a 30/09/2025 08:30

China, que concentra la mayor parte de la producción mundial de vehículos eléctricos, entra en una fase de ajuste que amenaza con barrer del mapa a centenares de marcas pequeñas y medianas. Según directivos y estudios del sector, la combinación de guerra de precios, exceso de capacidad y la reciente intervención regulatoria de Pekín está empujando hacia una consolidación profunda del mercado.

La advertencia más llamativa llegó de la mano de Stella Li, vicepresidenta de BYD, en el marco del Salón de Múnich y fue recogida por Business Insider España. La compañía estima que alrededor de 100 de las 130 marcas que operan en el país pueden verse “expulsadas” si se mantiene la presión sobre los descuentos y las condiciones de venta. Ese diagnóstico coincide con análisis de consultoras que dibujan un panorama de supervivencia para apenas una veintena de grupos robustos.

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Las fábricas chinas tienen una capacidad de producción sobredimensionada.

La causa de la sobresaturación: las políticas chinas en los últimos años

El detonante ha sido la llamada “guerra de precios”. Durante los últimos años los vendedores han recurrido a rebajas agresivas, financiación con coste cero y otras prácticas para sostener las matriculaciones.

Pekín, cada vez más preocupada por la deflación y por el daño que esas políticas causan a la rentabilidad industrial, ha comenzado a acotar esas prácticas. El resultado, según Financial Times, es menos margen para competir por precio y presión inmediata sobre los fabricantes con estructuras más débiles.

Esa presión se sumó a un problema estructural: capacidad sobredimensionada. Las fábricas chinas pueden producir hoy muchas más unidades de las que se venden, y la utilización media de plantas ha caído de forma notable.

La consultora AlixPartners estima que de las 129 marcas que comercializaban vehículos eléctricos y enchufables en 2024, sólo 15 estarán financieramente sanas para 2030, concentrando hasta tres cuartas partes del mercado doméstico. Es decir, la lógica del mercado impulsa fusiones, salidas y desapariciones.

Para fabricantes como BYD la corrección supone, en términos prácticos, menos competencia directa en determinadas gamas y un mercado más estable de precios. Sin embargo, la propia BYD ha reconocido que no está inmune: sus resultados trimestrales han mostrado ya cierto deterioro ante la mezcla de regulaciones y caída de incentivos, lo que obliga a revisar previsiones y márgenes.

La previsión de una “limpieza” del sector tiene implicaciones que van más allá de China. Varias marcas chinas buscarán crecer en mercados exteriores para compensar la pérdida de cuota interna, pero la expansión internacional no es sencilla: barreras arancelarias, requisitos técnicos, redes de distribución y costes de producción en Europa o América son frenos reales.

Al mismo tiempo, la radical reducción de oferta doméstica puede volcar hacia el exterior coches chinos más baratos, con efectos competitivos sobre fabricantes extranjeros.

Para consumidores y flotas europeas y españolas, el escenario abre oportunidades y riesgos: potencial acceso a vehículos más económicos y tecnológicamente avanzados procedentes de China, pero también la posibilidad de que tensiones comerciales y medidas proteccionistas frenen o encarezcan esa oferta.

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Las marcas chinas tratarán de crecer en mercados externos para compensar las pérdidas internas.

Además, según Reuters, la desaparición de proveedores domésticos en China puede afectar a cadenas de suministro globales, desde baterías hasta componentes electrónicos, con impacto en costes y plazos de entrega.

Los analistas subrayan, no obstante, que la consolidación no será automática ni uniforme. Las autoridades locales, que han impulsado la industria con subsidios y facilidades de instalación de plantas, podrían proteger compañías importantes por razones de empleo y tejido industrial, ralentizando cierres masivos. Asimismo, algunas firmas podrían sobrevivir mediante fusiones, concentraciones regionales o reorientación hacia nichos específicos.

El ajuste que BYD y las consultoras anticipan transformará el mapa competitivo del automóvil eléctrico: menos marcas, mayor concentración y una carrera por escalar economías de producción y fortalecer redes internacionales.