Dodge puso a la venta, a mediados del año pasado, la última generación del Dodge Charger como el único muscle car eléctrico del mercado. Pero este coche está sufriendo un enorme problema que podría hacer peligrar su supervivencia.
Dodge tiene este muscle car, que suena como tal, a la venta en dos versiones: el Daytona R/T, equipado con un motor de 496 CV; y el Daytona Scat Pack que, con dos motores, ofrece una potencia total de 680 CV.

El problema de este muscle car eléctrico que amenaza su supervivencia
Dodge, que pertenece al Grupo Stellantis, diseñó este muscle car eléctrico sobre la base de la nueva plataforma STLA Large de Stellantis, de hecho fue el primer modelo fue el primer vehículo que la utilizó. Y lo hizo recurriendo, para las dos versiones a la venta, a una gran, pesada y costosa batería de 100,5 kW. Y eso es una de las raíces de su enorme problema.
Según publica el portal americano especializado en Dodge Moparinsiders, este muscle car eléctrico no tendría precisamente garantizada su supervivencia. Y, de hecho, la versión menos potente del Dodge Charger, la Daytona R/T de 496 CV dejará de venderse en Estados Unidos a partir del año que viene.
Mientras tanto, la más potente, la Daytona Scat Pack de 680 CV, tiene asegurada su presencia en el mercado de EE.UU. en 2026, pero llegará con algunos cambios de equipamiento y con una nueva carrocería de 5 puertas; todo para incrementar las ventas de este muscle car eléctrico.
Porque el enorme problema de este Dodge Charger eléctrico han sido, precisamente, sus ventas. Según hace público Moparinsiders, actualmente Dodge tiene en stock, y en distintos concesionarios por todo Estados Unidos, más de 3.500 unidades del Charger Daytona R/T y cerca de 1.600 del Daytona Scat Pack. Y todo ello pese a las agresivas ofertas comerciales que la marca del Grupo Stellantis está haciendo para vender su muscle car eléctrico.

Según explican desde InsideEVs, el público no ha visto bien el excesivo precio de la versión básica de este muscle car eléctrico, 62.000 dólares o 55.300 euros al cambio; que suponen hasta 13.000 dólares -11.600 euros- más de lo que cuesta un Ford Mustang con motor térmico V8. Un precio que en gran parte, viene dado por el coste de su batería.
Además, a este precio excesivo para la versión básica, se añade ahora otro problema: el Dodge Charger se construye en Canadá, y Donald Trump ha impuesto hace algunas semanas un arancel del 25% a los coches fabricados tanto en aquel país como en México.
Por todo ello, Dodge podría estar perdiendo mucho dinero con el Charger más básico. De ahí que, para 2026, vaya a eliminar esta versión de su gama. Y veremos qué ocurre en un futuro con su versión más potente, que garantizará su supervivencia en la medida que sus ventas acompañen.