Todo aquel que haya comprado, o simplemente probado, un coche nuevo sabrá de lo tedioso que llega a ser los incesantes pitidos de supuestas alertas para el conductor. Estos pueden desactivarse, pero con cada arranque del vehículo, estos vuelven a activarse de forma automática, teniendo que repetir todo el tedioso proceso de desactivación de los mismos. Las quejas sobre esta enorme incomodidad ha llegado a manos de los responsables de Euro NCAP, quienes aseguraron que pondrían remedio a esto.
Sin embargo, este conocido organismo europeo, lejos de hacer efectivo el deseo de muchos conductores de eliminar -o al menos silenciar- estos pitidos, lo cierto es que su proyecto para 2026 podría hacer aún más tediosa la conducción para muchos. Concretamente, Euro NCAP dividirá sus cambios en cuatro pilares: Conducción segura, Prevención de colisiones, Protección contra colisiones y Seguridad post-colisión.

El nuevo plan de Euro NCAP para 2026 podría no gustar a muchos
Bajo estos criterios, el siguiente gran paso para Euro NCAP será el tema de las manetas de las puertas. Estas, en muchos coches eléctricos, quedan enrasadas en la carrocería para mejorar así la aerodinámica. Sin embargo, en caso de accidentes graves, en ciertos casos se ha visto que estas han impedido el acceso al interior para servicios de emergencias. Por ello, una de las nuevas exigencias de la organización será mantenerlas en funcionamiento incluso después de colisiones severas.
Otra de las modificaciones para su siguiente programa será tener una evaluación más realista de los sistemas de asistencia al conductor. Por lo general, estos han sido hasta ahora testados en circuitos cerrados o incluso en laboratorios. La nueva medida llevará a que se prueben en carreteras y condiciones reales de uso. Con esto, sabrán si un sistema de mantenimiento en el carril es más o menos intrusivo o si los pitidos constantes son más una merma en la experiencia que un elemento de seguridad propiamente.
Del mismo modo, el nuevo plan prevé la aprobación de más botones físicos en el interior de los vehículos, lejos de estar todo concentrado en una sola pantalla central. También la incorporación de nuevas pruebas de accidentes contra motocicletas, ciclistas o diferentes ‘peligros urbanos’. Incluirán nuevos maniquís, de diferentes tallas y correspondientes a varias edades para los ocupantes.

Pero no todo es positivo de cara a la facilidad de manejo. A partir del año 2026, los coches deberán incorporar un particular sistema de puntuación. En él se detectará si el conductor ha estado distraído durante la conducción, si la velocidad ha sido la adecuada e incluso ya se habla de instalar un detector de alcohol o drogas. Esto repercutirá, para los casos negativos, en vehículos con nuevas señales en el cuadro de instrumentos y también más pitidos en caso de ser necesario.
Para los coches eléctricos, específicamente, el sistema deberá detectar un posible riesgo de incendio de la batería antes de que esto suceda, ya sea después de un accidente o incluso en un momento determinado sin una colisión aparente.
Con todo esto, el nuevo reglamento podría tildarse como uno de los más revulsivos para la organización desde el año 2009. Además, finalmente, también han anunciado que las grandes revisiones del protocolo, a partir del 2026, se llevarán a cabo cada tres años, principalmente dados los grandes avances que vive el sector automovilístico en los últimos años.