La hegemonía de China en la industria de la electromovilidad no se centra exclusivamente en los vehículos, sino en toda la tecnología que los rodea. Desde el software y los chips hasta las baterías que los alimentan. Empresas como BYD y CATL copan más del 50% del suministro de baterías para vehículos móviles. Dominan el mercado sin dejar que ninguna otra compañía se les acerque. Europa tenía muchas esperanzas puestas en su mayor fabricante, Northvolt. Sin embargo, la empresa ya quebrada sigue sumando problemas graves a su lista. El último es el cierre de la planta.
Hasta hace más o menos un año nada hacía indicar que Northvolt se convertiría en el problema que es hoy. Los suecos brillaban con luz propia, pero en el seno de la empresa se escondía un futuro muy negro. En junio del año pasado BMW canceló un gran contrato de suministro de baterías por valor de 2.000 millones de euros. Fue entonces cuando arrancó una crisis que tuvo dramáticas consecuencias. Apenas tres meses después empezaron los despidos y los recortes para intentar salvar la empresa, pero no fue posible. Primero en Estados Unidos y más tarde en Europa, Norhvolt no tuvo más remedio que declararse en bancarrota. La empresa empezó a desmembrarse sección a sección.

Northvolt se hunde un poco más al marcharse su último cliente
Los chinos pescaron en las aguas revueltas adquiriendo algunas divisiones fundamentales casi a coste cero. A pesar de la delicada situación la fábrica sigue operativa, aunque su trabajo está a punto de concluir. La empresa acaba de anunciar la paralización de su factoría de Skellefteå, Suecia. La fábrica sólo atendía a los pedidos de un solo cliente, Scania. La empresa de camiones irá retirando paulatinamente su apoyo. La producción se irá reduciendo hasta causar el cierre total el próximo 30 de junio. Justo un año después de que BMW rompiese su multimillonario acuerdo de suministro.
Según fuentes locales, actualmente la fábrica está operada por 900 personas, apenas un tercio de los trabajadores que la planta es capaz de albergar. Scania ha lanzado un comunicado lamentando la decisión, pero la operación ya no es rentable económicamente. Las baterías de Northvolt se han vuelto demasiado caras. Mientras tanto, la junta directiva busca alternativas para intentar evitar el cierre definitivo de la planta, pero no parece que haya nadie interesado. Northvolt ha sido una de las empresas que más inversión pública ha recibido. A principios del año pasado Bruselas aprobó una ayuda de más de 900 millones de euros para hacer de Northvolt el líder energético europeo.

Con el cierre de la fábrica de Suecia, los europeos nos quedamos huérfanos de grandes fabricantes de baterías. Si bien hay muchos proyectos como el de la fábrica de Figueruelas en Zaragoza, la mayoría están asociados a empresas chinas. El Grupo Volkswagen había planteado situarse como alternativa a todas ellas, pero el estancamiento del coche eléctrico ha provocado un gran cambio de planes. De las seis fábricas de baterías que iban a abrirse en Europa, finalmente sólo serán tres. La última de ellas será la de Sagunto. Las obras ya están en marcha, pero su capacidad de producción se reducirá significativamente.