Le meten el bisturí a las baterías de coches eléctricos para acabar, por fin, con la cantinela de la autonomía

Un cambio en el interior de las baterías podría dejar atrás la mayor crítica al coche eléctrico: su limitada autonomía.

Basquevolt
Basquevolt se centrará en el electrolito para baterías de estado sólido, cuya venta iniciará en 2027.
09/06/2025 14:57
Actualizado a 09/06/2025 15:00

El Consejo de Administración de Basquevolt ha aprobado un cambio estratégico en el rumbo de la compañía, que se enfocará en el desarrollo y suministro de electrolito para baterías de estado sólido. Este material, considerado un elemento clave en la próxima generación de soluciones de almacenamiento energético, iniciará su fase de comercialización e industrialización en 2027.

La empresa ha confirmado que trabajará en colaboración con fabricantes de automóviles (OEM) y productores de celdas, con el objetivo de ofrecer esta tecnología a sectores como la automoción, el almacenamiento estacionario, la movilidad ligera y las aplicaciones aeroespaciales. Esta estrategia busca consolidar a Basquevolt como un proveedor de referencia en el ámbito europeo de tecnologías de baterías.

Financiación y plan industrial

La nueva etapa de la compañía llega tras haber asegurado una inyección de capital de 10,5 millones de euros, aportados por Ekarpen, Stellum y CDTI Innvierte. Estos fondos permitirán acelerar la ejecución del plan industrial y fortalecer la posición de Basquevolt en un entorno altamente competitivo.

Basquevolt 1
Compatible con líneas de producción actuales, su adopción será más rápida y menos costosa para los fabricantes europeos.

La empresa prevé iniciar la comercialización de su electrolito en 2027, apoyándose en su tecnología propia y en una red de alianzas estratégicas.

Ventajas del electrolito de estado sólido de Basquevolt

Según la compañía, el electrolito desarrollado permite aumentar la densidad energética en más de un 50 % respecto a las baterías de ion-litio convencionales. Esta mejora se traduce en una mayor autonomía para los vehículos eléctricos, sin necesidad de incrementar el tamaño ni el peso del sistema de baterías.

Además, se destaca que la tecnología contribuye a mejorar la seguridad operativa, lo que podría facilitar la reintroducción de vehículos de movilidad personal, como los patinetes eléctricos, en entornos de transporte público, bajo condiciones más seguras.

El diseño del electrolito permite su integración en líneas de producción de celdas ya existentes en Europa, lo que facilitaría su adopción industrial sin requerir grandes inversiones adicionales por parte de los fabricantes.